Ha pasado un mes desde el bloqueo de la red social X en Brasil, sin protestas ni presiones callejeras por la vuelta de la aplicación. Al contrario de lo que esperaba el multimillonario Elon Musk, los brasileños no han visto la decisión de la Corte Suprema ni la del severo juez Alexandre de Moraes , tintes de censura ni de autoritarismo, al contrario, la medida ha sido recibida como importante contra las noticias falsas y la desinformación durante el período de las elecciones municipales que se celebran este mes en más de 5 mil municipios brasileños. Después de chillar y vociferar contra el juez Moraes, al que insultó y tildó de «dictador» , el magnate sudafricano ha andado muy callado en las últimas dos semanas, enfocado en resolver sus problemas con la ley brasileña. El martes, representantes de su red social en Brasil, le informaron al Supremo que pagarán los casi 5 millones de euros en multas estipuladas por la corte y que la empresa cumplirá con todas las exigencias del juez Moraes. Con esas informaciones, Moraes ya ha determinado que el Banco Central y la Comisión de Valores Mobiliarios desbloqueen inmediatamente las cuentas bancarias y los activos financieros de esa empresa en el país, pero mientras esos pagos no estén comprobados, la decisión sobre el retorno de la red sigue esperando sobre la mesa del magistrado. Moraes solicitó a su vez, a la Policía Federal y a la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), informes sobre la situación legal de la empresa. El restablecimiento de la plataforma depende del pago de esas multas, pero también, del nombramiento de un representante legal en Brasil, y de la suspensión de perfiles prohibidos judicialmente por afrontar la democracia y los límites de la libertad de expresión, justamente lo que Musk cuestionaba y comparaba con la censura que le atribuyó al juez brasileño. Los abogados de la empresa X, Fabiano Robalinho Cavalcanti y Caetano Berenguer (Bermudes Advogados), André Zonaro Giacchetta y Daniela Seadi Kessler (Pinheiro Neto Advogados) y Sérgio Rosenthal (Rosenthal Advogados Associados), que representan algunos de los bufetes más caros de Brasil, firmaron una petición la semana pasada en la que informan el «pleno cumplimiento» de las órdenes del juez Moraes. «En vista del pleno cumplimiento de las determinaciones establecidas por Su Excelencia (Moraes), X Brasil solicita que se autorice el restablecimiento de la plataforma para acceso de sus usuarios en territorio nacional, con el consiguiente envío de carta a la Anatel, para que cese las medidas de bloqueo anteriormente adoptadas», dice la carta, que una semana después aún no ha tenido respuesta de la corte. Los abogados también tienen cinco días para presentar más documentos sobre el nombramiento de la abogada Rachel de Oliveira Villa Nova como la representante legal de X. La abogada es la misma persona que ya desempeñaba ese cargo antes de la orden de suspensión de la plataforma y había renunciado al puesto. La empresa trató de contratar otros representantes, pero nadie aceptó la vacante por el temor de terminar en la prisión por incumplir órdenes judiciales brasileñas. Sin opciones, la empresa X y la abogada Oliveira parecen haber llegado a un nuevo acuerdo. Bloqueada en Brasil desde el 30 de agosto, la plataforma X ha registrado una caída del 73,5% de las interacciones en el debate sobre política nacional durante este período, según un estudio publicado por la Fundación Getúlio Vargas, de Río de Janeiro, justo en el mes de las elecciones municipales. El número de usuarios que hablan de política en la red también cayó un 60,8%. La investigación también apunta el aislamiento de los perfiles de Bolsonaro en esa red social, alineados con agendas de derechas y de ultraderecha. Los bolsonaristas han dictado el ritmo de las conversaciones en X, pese a la prohibición judicial, entrando a la plataforma a través de redes privadas, conocidas como VPN, herramientas de gestión de red o desde el exterior. «Como consecuencia de las medidas restrictivas, X se convirtió en una burbuja autorreferencial del bolsonarismo. Los que se quedaron fueron un segmento más radicalizado de la derecha y la extrema derecha. El centro político y la izquierda no están. Lo que vemos en la red es un discurso anti institucional», explica Marco Ruediger, director de FGV Comunicação Rio. «Están hablando solos, predicando a los convertidos, no están llegando a nadie», dice el investigador. Para Ruediger la suspensión de X ha demostrado ser eficaz, mostró que las instituciones funcionan en Brasil, y podría ser un referente en los debates sobre la regulación de las plataformas digitales en todo el mundo. Según el estudio, con el fin de la estructura polarizada, el antiguo ecosistema de Twitter pasó a presentar una configuración semejante a la vista en plataformas alternativas utilizadas por la extrema derecha, como Parler, Gettr y Truth - usadas por los partidarios de Donald Trump en Estados Unidos. Otro dato de la investigación es que el bloqueo en Brasil, además de reducir el tráfico y la diversidad en el debate, produjo una oleada de migración de usuarios a redes como Bluesky y Threads, del grupo Meta. Con el bloqueo, una parte de los usuarios de X se mudaron de red, especialmente a la plataforma Bluesky, una empresa creada, irónicamente, por Jack Dorsey , cofundador y ex CEO de Twitter, convertida en X por Elon Musk. La migración de usuarios brasileños de X a Bluesky fue exponencial con un 1 millón de nuevos usuarios en los tres primeros días de la decisión judicial. La nueva red ya recibió en los últimos 30 días 2,6 millones de nuevos usuarios, de los cuales el 85% son brasileños. Según FGV, la cultura de comentar temas en tiempo real ha migrado a Bluesky, impulsada por acontecimientos como los Juegos Paralímpicos, el concierto de The Weeknd en São Paulo y los debates electorales a la alcaldía. Por todo eso, la red X está muy cerca de volver a funcionar en Brasil, pero no será la misma de hace un mes, cuando resistía a dejar de ser una de las redes sociales favoritas del país sudamericano.
