Con la cara ensangrentada, el puño el alto y sin zapatos. Así abandonó el expresidente de Estados Unidos Donald Trump el atril en su mitin en Pensilvania después de que un francotirador, apostado en un tejado a varios cientos de metros, intentase asesinarlo. Sin éxito: la bala apenas le rozó la oreja. Sin embargo, el proyectil sí acabó con la vida de Corey Comperatore, un bombero y ferviente seguidor del candidato a la Casa Blanca. Ahora, el republicano ha sido cazado bromeando sobre la viuda de este simpatizante , Helen. Así se desprende de una grabación de 12 minutos obtenida por el diario británico 'The Guardian' procedente de un discurso ofrecido por Trump en una cena el 10 de agosto en Aspen , Colorado, donde los asistentes debían donar para su campaña entre 25.000 y 500.000 dólares por pareja. En ese encuentro, Trump relató cómo los miembros de su club de golf de Florida, Mar-a-Lago, pidieron hacer una contribución a la familia de Comperatore. «Dije que sí y me dieron un cheque por un millón de dólares . Eso es mucho dinero. Tal vez lo más impresionante fue que publicamos un GoFundMe y recaudamos más de 6 para el grupo que resultó herido, que son básicamente tres personas», detalló. Poco después, el expresidente recordó una reunión con la viuda de Comperatore y trató, desafortunadamente, de bromear con la tragedia. «Iban a recibir millones de dólares, pero a la mujer, a la esposa, a esta hermosa mujer, le entregué el cheque, le entregamos el cheque, y ella dijo: 'Esto es muy bonito y lo aprecio, pero preferiría mucho más a mi marido'. Ahora bien, sé que algunas de las mujeres en esta sala no dirían lo mismo », narró. Mientras los invitados a la cena estallaban en carcajadas, Trump continuó con las frivolidades: «Conozco al menos a cuatro parejas, al menos cuatro parejas aquí presentes habrían estado encantadas , en realidad». Más allá de estos 'chistes' de mal gusto, Trump dedicó la mayor parte de su discurso a la seguridad fronteriza y la inmigración, con las declaraciones xenófobas habituales en sus mítines . En su inervención, calificó a los demócratas de «lunáticos de izquierda radical» y afirmó, sin pruebas, que pretenden que la gente entre a Estados Unidos procedente de prisiones, instituciones psiquiátricas y manicomios. En este sentido, insistió en que Estados Unidos estaba acogiendo a «una cantidad récord de terroristas» y que los líderes de Venezuela y otros países sudamericanos, «inteligentes y muy astutos», estaban enviando asesinos y traficantes de drogas para reducir sus propios índices de criminalidad, aliviar la carga en sus cárceles y ahorrar dinero. Para ilustrarlo, citó un ejemplo falso de 22 personas que, según él, habían viajado a Estados Unidos tras ser liberadas de una prisión en la República Democrática del Congo. A su llegada, dijo, declararon que provenían de 'la prisión', pero no quisieron explicar por qué se encontraban encarcelados, siempre en palabras de Trump. «¿Saben por qué? Porque son asesinos », apuntó.
