Un nuevo sábado repleto de Glorias en Sevilla

Prácticamente han sido 17 horas de imágenes de gloria en las calles en este primer sábado de octubre. Todo comenzó con la salida al alba de la Virgen de la Salud de San Isidoro y concluyó a medianoche con la entrada del Inmaculado Corazón de María de Heliópolis. Dos procesiones de carácter extraordinario a lo que hubo que unirle las ordinarias del Rosario del barrio León, la Cabeza de San Juan de la Palma y la Esperanza Divina Enfermera. Un poco después de la entrada de la Virgen de la Salud , cuya hermandad celebraba su 350 aniversario fundacional, salía el Inmaculado Corazón de María. Era el momento de clausurar el 75 aniversario de la corporación de la Misión con su titular letífico. Todo comenzó a las cinco de la tarde. Hacía mucho calor, así lo quiso el tiempo, pero fue una salida esplendorosa para una imagen que suele salir, casi siempre, en junio al caer el día. La hermandad recorrió parte del barrio antes de comenzar la misa estacional , en una zona con ambiente de derbi; se percibía en el aire, con muchas camisetas del equipo verdiblanco vistas durante la procesión. Son esas cosas únicas de Sevilla. Calles hermosas, adornadas con grandes casas y muchos árboles, ideales para una procesión cargada de devoción, profundamente arraigada en esta zona de la ciudad, así como en la parroquia y el centro educativo de San Antonio María Claret. Amueci puso los sones en la ida, en un cortejo numeroso y lleno de representaciones, con una gran presencia de jóvenes. Minutos antes de las siete de la tarde finalizó el primer tramo de la salida. El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, recibió a la Virgen, al igual que el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, quien ofició una misa estacional que los hermanos de la Misión jamás olvidarán. Al término de la eucaristía comenzó la procesión triunfal con la banda del Maestro Tejera, que interpretó varias obras musicales que cumplían 75 años, los mismos de esta hermandad que acaba de iniciar el camino al primer siglo de vida. Al otro lado del Guadalquivir estaba en la calle la Virgen del Rosario del barrio León, la primera de esta advocación en salir, con procesiones que continuarán hasta el 1 de noviembre con las de San Vicente y Santa Catalina. En el casco antiguo, como cada primer sábado de octubre, la Virgen de la Cabeza y la Esperanza Divina Enfermera realizaron sus salidas, que cada año van muy cerca una de la otra, lo cual permite al público visitar ambas debido a su proximidad. Están sus sedes a prácticamente 100 metros y cada una pertenece a una parroquia diferente. Sin duda, una tarde de auténtica gloria entre San Juan de la Palma y San Martín.