Radiografía de un colapso anunciado: 113 migrantes llegan a Canarias cada día
Apenas habían pasado tres días del mes de noviembre de 2023 y Canarias batía un trágico récord. En esas 72 horas, a las islas habían llegado diez cayucos con 976 migrantes. Una cifra que puede considerarse como «una más» dentro del drama migratorio que vive el archipiélago, pero, sumada a los otros 30.705 rescatados hasta el 31 de octubre, elevaba el saldo global hasta ese negro 3 de noviembre a 31.681... tres más que los que arribaron en todo 2006, el año de la «crisis de los cayucos». Y aún quedaban dos meses para acabar un año que cerró con un total de 39.910 migrantes llegados a sus costas, batiendo, de nuevo, todos los registros hasta la fecha.
Pero llegó 2024 y desde el minuto uno se han ido pulverizando todos los récords, hasta tal punto que la crisis migratoria que vive Canarias ha provocado una lucha con el Gobierno central y ha puesto en pie de guerra a muchas comunidades, críticas con la gestión del Ejecutivo de Pedro Sánchez y sus planes para repartir a los recién llegados, sobre todo a los menores no acompañados. Las islas, desbordadas se mire por donde se mire, han lanzado numerosos SOS ante la imposibilidad de atender a quienes se juegan la vida a bordo de un cayuco para llegar a Europa, sobreviviendo a duras penas a travesías de hasta 1.500 kilómetros. Muchos otros, como los al menos nueve fallecidos y 48 desaparecidos del pasado día 28, no lo consiguieron.
Y es que solo con haber atendido a las cifras de llegadas con las que arrancó el año, y que quincena a quincena iban aumentando de forma alarmante (según se desprende de las estadísticas del Ministerio del Interior), uno se podía hacer una idea de lo que estaba por llegar. Porque solo en las dos primeras semanas de 2024 alcanzaron las costas de Canarias 3.480 migrantes, un 838% más que en el mismo periodo de 2023. O 793 más que en todo 2019...
30.808 en lo que va de año
Ahora, nueve meses después, hasta el pasado 31 de octubre, la cifra oficial que ofrece el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska asciende a 30.808 migrantes llegados a las islas, un 105,7% más que en el mismo periodo del pasado año y tan solo 9.030 menos que los registrados en todo 2023.
Un dato que supone que cada uno de estos 273 días del año han llegado de manera irregular al archipiélago canario, de media, 113 migrantes. Una cifra inasumible que, además, supone el 62,4% del total de los que en este tiempo han logrado alcanzar España por mar o por tierra, ya sea la Península, Baleares, Ceuta, Melilla o Canarias (42.231).
De hecho, para entender un poco mejor lo que podría estar aún por llegar, un dato: en octubre, noviembre y diciembre del pasado año alcanzaron las costas canarias de manera irregular unas 25.000 personas, por lo que de seguir ese crecimiento comparado que no se ha detenido en todos estos meses, 2024 podría cerrar con más de 50.000 migrantes llegados a sus islas.
Esa cifra la puso esta misma semana sobre la mesa el presidente canario, Fernando Clavijo, quien alertó de que «la información que nos llega es que evidentemente este año va a continuar con mucha intensidad este fenómeno», por lo que urgió al Ejecutivo central a tomar medidas y, sobre todo, a «trabajar en la otra orilla, en los países emisores» de África, principalmente Mauritania o Senegal, donde, aseguró, hay unas 170.000 personas «pendientes de dar el salto» y subirse a un cayuco.
Por el momento, la tónica parece continuar y en los primeros cuatro días de octubre, hasta el viernes, habían alcanzado alguna de las islas del archipiélago un total de 239 personas a bordo de cuatro cayucos.
Y como es lógico, este goteo de migrantes que no cesa y no para de crecer semana tras semana está acompañado de un aumento del número de embarcaciones que llegan a Canarias y que también supone un problema ante la dificultad para deshacerse de ellas. En lo que va de año, han arribado 462 cayucos, un 71% más que los que lo hicieron en 2023 (270).
Pero todas estas alarmantes cifras que colapsan Canarias no se han producido de repente, sino que a lo largo de los últimos años se ha podido ver un incremento progresivo de las llegadas con la reactivación de la ruta atlántica, quizás la más peligrosa de todas y prácticamente inactiva desde el año 2010, cuando se registraron solo 196 llegadas.
Fue a partir de 2020 cuando se dispararon de forma alarmante las llegadas. Ese año, la cifra de migrantes que alcanzaron el archipiélago fue de 23.271, un 766% más que en 2019, cuando lo hicieron 2.687. Desde entonces, nunca se ha vuelto a bajar de las cinco cifras, aunque sí que es cierto que en años como 2022 se redujo a los 15.682 para, eso sí, impulsarse en 2023 hasta los ya citados 39.910.
Muy lejos quedan ya las 173 personas interceptadas a lo largo de 2012 o las 475 de 2017. Impensables a día de hoy.
Ahora, el presente es completamente distinto y el presidente canario volvió a alzar el viernes la voz recordando que aún quedan tres meses para acabar el año y que, a tenor de las cifras actuales y la experiencia de años como el pasado, la crisis migratoria en las islas «está empezando». «Ahora es cuando el mar entra en calma en Canarias», advirtió, insistiendo en que «no consideramos que haya terminado –el drama humanitario–, sino todo lo contrario». Todo apunta a que se batirán más récords.