Más difícil inscribir jugadores

Para contar con la confianza de los socios, un presidente del Barça debe tener credibilidad. Y Laporta la está perdiendo, incumpliendo su palabra y sus compromisos. En la última asamblea telemática dijo que recuperaría la presencialidad en la próxima. Ha faltado a su palabra y volverá a esconderse detrás de una pantalla. Y lo justifica “porque así es más participativa”, cuando es justo lo contrario. La del año pasado fue la que menos, con solo 656 socios. Quiere que haya pocos y evitar que se vean entre ellos y tener que darles explicaciones, cara a cara. Imposible no dudar de su gestión cuando los ejecutivos, con información, dimiten y el presidente trata de ocultársela a los propietarios del club, cerrándoles la puerta de la sala. Hace un año, dijo: “Gracias a nuestro trabajo esta temporada 23/24 daremos 11 millones de beneficios”. Se ha cerrado con 91 millones de pérdidas. ¿Qué le pasaría a un CEO que presenta una desviación presupuestaria de 102 millones? El año pasado presumieron de ingresos extraordinarios gracias a la venta simulada de Barça Studios para presentar beneficios artificiales. Y este año, que los auditores han revertido en 140 millones parte de esa venta, alardean de los ingresos ordinarios. Muy coherente no es. Los 91 millones de pérdidas supone más dificultades para inscribir fichajes, y eso tras quemar 800 millones de ingresos futuros en palancas. La suma de los 4 ejercicios cerrados por Laporta (TEMP 20/21: -481M; TEMP 21/22: +92M ; TEMP 22/23: +304M; TEMP 23/24: -91M) es de 176 millones de pérdidas. Más deuda y menos patrimonio. Y 2 de las 3 temporadas cerradas sin títulos.

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