Un año después del 7 de octubre, ¿qué sabemos de los rehenes?
El 7 de octubre de 2023, Hamás asesinó a más de 1.200 personas y secuestró a otras 255 en los kibutz de Nir Oz, Be’eri, Kfar Aza y Nahal Oz, entre otras comunidades israelíes próximas a la Franja de Gaza. Algunas de las víctimas servían en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), pero la mayoría eran civiles con más de una veintena de nacionalidades.
Un año después del salvaje atentado, que derivó en la brutal guerra en Gaza, las autoridades israelíes estiman que los cuerpos de 97 rehenes permanecen retenidos en la Franja, de los cuales 34 podrían seguir con vida después de 12 meses de intensos ataques en el enclave palestino; ataques en los que han muerto más de 40.000 personas, según el recuento de las autoridades sanitarias locales. En privado, sin embargo, los funcionarios israelíes reconocen que el número de rehenes vivos podría ser mucho menor.
En todo este periodo, Israel y Hamás sólo han alcanzado una tregua. Un precario alto el fuego que llegó en noviembre del pasado año y que permitió la liberación de 112 rehenes, en su mayoría mujeres y niños, a cambio de la excarcelación de decenas de presos palestinos.
Las investigaciones forenses han determinado que al menos 37 de los secuestrados murieron el 7 de octubre, pero Hamás decidió trasladar sus cadáveres hasta Gaza para fortalecer su postura de cara a una futura negociación. De esos 37 cuerpos, 24 permanecen en la Franja. Los 13 restantes han sido recuperados por las Fuerzas de Defensa israelíes.
En los primeros 12 meses de cautiverio han muerto 35 rehenes, tres abatidos por error por soldados israelíes y otros tres como consecuencia de los continuos ataques aéreos de las FDI sobre Gaza, según las investigaciones castrenses internas. De los 35 cadáveres, al menos 10 permanecen todavía en la Franja.
En paralelo, Israel ha acusado a Hamás de retener los cuerpos de dos soldados israelíes muertos en la guerra de Gaza de 2014, y otros dos israelíes fueron capturados por la milicia islamista palestina antes del 7 de octubre, con lo que el número total de rehenes en Gaza, vivos o muertos, ascendería a 101.
Conocer con precisión el número de secuestrados vivos y muertos ha sido un factor determinante en las sucesivas propuestas de alto el fuego, que no han llegado a fructificar pese a los denodados esfuerzos diplomáticos de Catar y Egipto. «El Estado quiere saber si está trabajando para traer de vuelta cadáveres o rehenes [vivos]», declaró meses atrás Ofer Merin, director general del Centro Médico Shaare Zedek de Jerusalén y miembro del comité que determina las muertes de rehenes.
En el capítulo de rescates, las Fuerzas de Defensa israelíes liberaron el 27 de agosto a Qaid Farhan Alkadi, un rehén de 52 años hallado en el interior de un túnel en el sur de Gaza. Era el octavo rehén liberado desde que diera inicio la guerra israelí en Gaza. Antes, en junio, fue liberada la estudiante de 26 años Noa Argamani, cuyo secuestro a Gaza a lomos de una motocicleta se viralizó, junto a otros cuatro secuestrados. En febrero, el Ejército israelí rescató a dos rehenes en una redada en una casa de Rafah, en el extremo sur de Gaza. Y a finales de octubre fue rescatada una soldado, Ori Megidish, poco después del inicio de la ofensiva.