Dracónidas 2024: cuándo y cómo ver la lluvia de estrellas que hoy alcanza su pico máximo

Este otoño plagado de acontecimientos astronómicos trae esta semana una lluvia de estrellas. Se trata de las dracónidas, que alcanzarán su máximo actividad este martes, 8 de octubre por la noche, si bien serán visibles hasta el día 10. La lluvia de estrellas es la primera del otoño y podrá contemplarse desde el hemisferio norte.

Según informa el Instituto Geográfico Nacional (IGN), las dracónidas suelen ser una lluvia de estrellas “modesta, que genera unos 20 meteoros por hora, con una velocidad de 20 km/s.”. No obstante, en el pasado ha habido años en los que se han registrado miles de meteoros por hora. De hecho, en octubre de 2011, a pesar de que la Luna dificultaba la observación, fueron contabilizados más de 600 meteoros por hora, explica el IGN.

Cuándo y cómo ver la lluvia de estrellas

El momento álgido este octubre llega el día 8 hacia las 15 horas, dos días antes de que la luna entre en fase de cuarto creciente, y será más fácil observar la lluvia de estrellas después de la puesta de la luna.

El fenómeno de las lluvias de estrellas se produce cuando la Tierra atraviesa un rastro de escombros dejado por un cometa o asteroides. Cuando pequeñas partículas entran a alta velocidad en la atmósfera terrestre, se queman y producen brillantes trazos de luz en el cielo que se denominan meteoros.

Dónde ver las dracónidas

¿Y cuál es la mejor forma de ver las dracónidas? Aunque las dracónidas parecen venir de la constelación de Draco, se pueden ver en cualquier parte del cielo. El IGN recomienda buscar un punto de observación que proporcione un cielo oscuro. De este modo, aconseja avistar la lluvia de estrellas desde lugares elevados o sin obstáculos para la vista y no utilizar instrumentos ópticos que limiten el campo de visión. Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza cuando esta esté presente. Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad