No habían pasado las siete de la mañana del pasado lunes y los móviles de los senadores y diputados del Grupo Popular ya acumulaban centenares de mensajes. Los más perezosos se encontraron el buzón lleno cuando abrieron el ojo. Algo grave había pasado. El gabinete de crisis se puso en marcha muy pronto y todavía ayer continuaba a pleno rendimiento, diseñada ya una estrategia clara , pero todavía con la congoja en el cuerpo. A la llamada que Alberto Núñez Feijóo realizó el lunes por la tarde a la presidenta de la asociación de víctimas de terrorismo (AVT) le siguió ayer otra disculpa pública del presidente del PP, que asumió en primera persona «un error injustificable» , mientras señalaba a Pedro Sánchez. «Si el PSOE mantiene esta indignidad, el único responsable de esta enorme bajeza moral y este atropello a la memoria de las víctimas es el presidente del Gobierno, su grupo parlamentario y sus socios. Y no lo vamos a olvidar», afirmaba Feijóo, quien apeló «a la conciencia de todos los socialistas, porque están a tiempo de ahorrarse tener que agachar la cabeza por no poder mirar a los ojos a las familias de los asesinados por ETA». Al gallego se le vio afectado por este asunto , que ha abierto una de las crisis más importantes en el partido desde que llegó al liderazgo. «La situación anímica es complicada», afirmaba ayer una persona cercana a la dirección de Génova. «Hay cierta rabia e incredulidad por lo que ha pasado» , señalaba otra a ABC. Tras haber pasado las primeras horas en shock, los populares comenzaron a analizar lo ocurrido para encontrar a los responsables. Una búsqueda que continuaba ayer, cuando Miguel Tellado , responsable del Grupo Parlamentario del Congreso, se reunió con los ponentes para analizar la situación y conocer de primera mano lo que había pasado en la comisión. Conocidos los detalles, en Génova se abogaba ayer por «colectivizar la responsabilidad de todo y no señalar a nadie en concreto. Se ha fallado en diferentes frentes» . Con todo, varios miembros del grupo parlamentario consultados veían con buenos ojos asumir algún tipo de responsabilidad como «gesto hacia las víctimas». Fue precisamente su presidenta, Maite Araluce , la que dejó entrever esa posibilidad al señalar a la oposición por no haber sabido hacer su trabajo. «El perdón está muy bien pero esto no tiene marcha atrás. No se han leído lo que venía dentro de la ley, lo cual me parece gravísimo. Es indignante», apuntó. Asumido su error, «injustificable», Feijóo encargó a Cuca Gamarra llamar a Félix Bolaños para pedirle la retirada de la reforma legal. En la conversación que mantuvieron ambos, el ministro de Justicia, lejos de aceptar la exigencia de la secretaria general del PP, le preguntó por el «súbito cambio de opinión» de su partido, algo que sorprendió a los populares, acostumbrados a los vaivenes de un Ejecutivo que en 2022 había prometido a las víctimas que no llevaría a cabo esta reforma ansiada por Bildu para aliviar las penas a los etarras. En la estrategia del PP, consumado el cambio de día para la votación en el Senado hasta el próximo lunes , queda ahora la tarea de intentar incomodar a Pedro Sánchez en estos cinco días. «Ha quedado claro que la intención del Gobierno es sacar de la cárcel antes de tiempo a quienes han matado a personas. Esto pasa, porque el PSOE quiere que pase», señalaba ayer una persona cercana a la dirección del PP, donde no hay duda de que todo esto forma parte del pacto de investidura de Sánchez con Bildu . Pacto que nunca salió a la luz y que poco a poco está aflorando.
