El faro de La Mancha: así es la espectacular iglesia renacentista del pueblo más dulce de Albacete
Albacete es una provincia que ofrece un gran abanico turístico. Cada año llegan desde diferentes puntos de España cientos de personas que buscan conocer todos los secretos de este lugar de La Mancha. Más allá de las Lagunas de Ruidera o el nacimiento del río Mundo, encontramos pueblos que guardan un encanto especial. Este es el caso de La Roda.
Es municipio albaceteño es más que conocido en nuestro país por ofrecer uno de los postres más conocidos: Los Miguelitos. Sin embargo, lejos de este rico dulce, la “muy noble y muy leal villa de La Roda”, tal y como reza la inscripción de su escudo, es un lugar en el que descubrir la esencia manchega.
Arte renacentista, arquitectura e historia es lo que encontramos dando un paseo por las calles de este pueblo. Aunque, sin duda, uno de los puntos de interés es la iglesia de El Salvador.
Historia de la iglesia de El Salvador
Visitar La Roda significa hacer una parada obligatoria en la iglesia de El Salvador. Está construida sobre el antiguo castillo de Roda, que fue derruido por orden de Isabel la Católica. Este edificio tardó en edificarse casi un siglo. Con dato curioso, se encuentra situada en un emplazamiento conocido popularmente como «Loma del Castillejo».
Su estilo nada entre las corrientes renacentistas, góticas y barrocas. El campanario es el elemento que sorprende a simple vista. En 1569 se mandó construir esta torre de estilo herreriano que cuenta con una cornisa «de carácter clásico y una bella decoración coronada de pirámide con bola con una altura total de sesenta metros», explican en la web del Ayuntamiento. Junto a los doce metros que tiene el montículo, estamos ante el conocido como «Faro de La Mancha».
En el interior encontramos diferentes obras como, por ejemplo, un lienzo de Lucas Jordán que está en la Capilla del Rosario que representa la ‘Adoración de los Magos’. En la sacristía se pueden ver los restos de una talla de madera policromada que se cree que es de Berruguete. Fue en 1981 cuando esta iglesia se declaró Monumento Histórico Artístico Nacional.
Otros lugares turísticos de La Roda
No hay que irse muy lejos de la iglesia para descubrir otro lugar de interés: la esquina de Alcañabate. Se trata de una extraña pieza renacentista cuya disposición es en forma de esquina. Originalmente se encontraba en la casa ubicada enfrente. Fue demolida y reconstruida por la Escuela Taller «La Enzina», colocándola enfrente de su ubicación como si fuera un reflejo.
Es en el interior de la Casa de la Cultura donde se encuentra la exposición permanente dedicada a la colección de Antonio Martínez, uno de los personajes más ilustres de La Roda. En sus obras se puede conocer más acerca de la historia del pueblo y de la vida rural de sus vecinos.
La ermita de San Sebastián, lugar en el que se realizan exposiciones y otro tipo de eventos, data del siglo XVI. Construida en el siglo XVI, muestra una estructura muy sencilla con una planta basilical de tres naves separadas por columnas toscas que sustentan diferentes arcos. Mientras que la posada del Sol está considera como una de las más bellas de La Mancha. Es un antiguo parador que perteneció a la Condesa de Villaleal y recientemente ha sido reformado.
La visita a La Roda pasa por conocer varios palacios que se esconden en sus calles. Una de las edificaciones más antiguas de este lugar es la casa del Inquisidor. Perteneció a una familia rica y en su fachada, concretamente en la entrada principal, se esculpió un escudo de armas. Otro de los más característicos y una de las obras más importantes del municipio es el palacio del Doctor La Enzina. Es de estilo barroco con sillares de piedra.
Muy cerca de este lugar encontramos el Lienzo de Doña Ana. Era la mansión para un matrimonio rico de la zona. Sin embargo, la muerte de él hizo que tan solo se construyera su fachada renacentista con decoración plateresca. A día de hoy, es uno de los centros de mayores de La Roda.
Por último, destaca el palacio de los Condes de Villaleal que presenta el estilo rococó en su fachada y balcones, la casa de Aurelio Jiménez que era la antigua sede de telégrafos y la casa de Doña Consuelo Arce, de estilo neoclásico en el que se puede ver una gran torre blanca decorada por cúpulas.