Fabricistas recurren al filibusterismo por ‘terapias’ de conversión sexual
Los diputados del Partido Nueva República (PNR) recurrieron nuevamente al filibusterismo legislativo para bloquear la votación del proyecto de ley 20.970, el cual prohibiría las llamadas “terapias” de conversión sexual en el país.
Esta vez, los fabricistas presentaron 103 mociones de reiteración, suficientes para alargar la discusión durante meses en plenario.
El proyecto reformaría la Ley General de Salud para prohibir todo tipo de esfuerzo sostenido por modificar la orientación sexual, la identidad de género o la expresión de género de una persona.
Según la organización ILGA World, la mayoría de estas prácticas se gestaron a mediados del siglo XX, como respuesta “a lo que en gran medida se consideraba una patología” en esa época. El Frente Amplio (FA) sostiene que estas terapias conllevan torturas físicas o psicológicas.
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Las mociones de reiteración presentadas por los fabricistas están reguladas por el artículo 138 del Reglamento legislativo, donde se autoriza reiterar todas aquellas propuestas de cambio que hayan sido desechadas durante el trámite de un proyecto en la comisión dictaminadora, en este caso la de Derechos Humanos.
Esta es la última etapa en que los congresistas pueden presentar sus propuestas de modificación sobre un proyecto de ley, antes de la discusión por el fondo y la votación en primer y segundo debate.
Con este nuevo bloqueo, el proyecto no podría avanzar antes de que se inicie el próximo periodo de sesiones extraordinarias, en noviembre, en el que el gobierno controla la agenda legislativa; cada vez que el Congreso entra en este tipo de periodos, el presidente de la República, Rodrigo Chaves, congela la iniciativa sobre las terapias.
El proyecto está en la corriente legislativa desde setiembre del 2018, cuando lo presentó el entonces diputado José María Villalta, del FA, pero ha sufrido numerosos atrasos por parte de los fabricistas.
Un año atrás, las fracciones de los partidos Liberación Nacional (PLN), Liberal Progresista (PLP) y el FA solicitaron apurar el avance del proyecto de ley, durante las sesiones ordinarias en que los legisladores tenían el control de la agenda.
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Sin embargo, Nueva República bloqueó el avance y, junto con el desinterés del gobierno, congelaron el trámite durante los tres meses de sesiones extraordinarias, de noviembre del 2023 a enero del 2024.
En febrero, cuando el proyecto podía avanzar de nuevo, Fabricio Alvarado pidió tiempo para hacer consultas a organizaciones religiosas, bajo el argumento de que presentaría una propuesta alterna, porque alegó que la prohibición afectaría a iglesias y a psicólogos “preocupados por la intención general del proyecto”.
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Finalmente, Nueva República no presentó la propuesta, pero, desde aquel momento, Alvarado dijo que, si no le daban tiempo, bloquearía el proyecto con un centenar de mociones.
El expediente sigue haciendo fila en el plenario hasta que haya un acuerdo que permita quemar la última etapa de mociones.
¿Por qué los fabricistas bloquean el proyecto?
Según Fabricio Alvarado, el proyecto es “un intento del FA por atacar la libertad religiosa, por legalizar la persecución religiosa”.
El diputado dijo que hablarán, en el plenario, por cada una de las 103 mociones de reiteración que presentaron, para intentar convencer a las otras fracciones políticas de que el proyecto es “innecesario, absurdo y malintencionado”.
Por su parte, el jefe del FA, Antonio Ortega, acusó a los fabricistas de recurrir al filibusterismo parlamentario “a falta de argumentos técnicos, jurídicos y científicos”. Añadió que ven, en Nueva República, todo un manifiesto del discurso del odio, discriminación y violencia.
“En los países que se precian de democráticos, se ha podido advertir de que el odio y la discriminación no son un derecho, no son la libertad religiosa”, puntualizó.