Julio Ricciardiello lleva 17 años ejerciendo como profesor de primaria y se encuentra ahora viviendo un infierno que le ha llevado a pedirse la baja laboral por estrés. Todo comenzó cuando denunció ante la directora de su centro educativo, situado en Torrelavega , los insultos de un alumno. La directiva decidió trasladar la situación a los padres del niño en cuestión para mediar y atajar el conflicto, pero la reacción de los progenitores terminó por agravar todo . Y es que, lejos de analizar lo ocurrido o hablar con el profesor, e, incluso, tratar de corregir el presunto comportamiento inadecuado de su hijo, estos arremetieron contra el docente y le profirieron amenazas verbales en el mismo colegio. «¿Dónde está Julio? Que a este hijo de puta le voy a matar», dijo el padre del alumno al conocer lo que había pasado. Un comportamiento agresivo compartido con la madre del menor, que también amenazó de muerte a Julio: «No te metas con mi hijo o vendrá mi marido y te mandará al cementerio ». Todo esto lo contó este miércoles en 'Espejo Público' el propio profesor, que detalló algunos encontronazos más con los padres del chico, además de otros insultos en redes sociales por parte de más familiares del alumno. Julio cree que esta fijación con su persona va más allá del incidente del insulto del niño en el colegio y es que, como concejal del Ayuntamiento de Torrelavega, denunció una situación de okupación que está directamente relacionada con la familia del alumno. Además, los padres del mismo son, en palabras del docente, «delincuentes habituales» , no en vano el progenitor ha pasado recientemente por la cárcel, algo que no parece amedrentarle ya que lo ha usado para agravar las amenazas: «Acabo de salir de la cárcel. Si vuelves a decirle algo a mi hijo, me arruino la vida aunque vuelva a la cárcel 20 años», cuenta Julio que le dijo el padre. «Cuando le vea, le voy a pinchar» , amenazó, en este caso la madre, en palabras a otros trabajadores del colegio. Julio lo ha puesto todo en manos de la Policía y, de hecho, en más de una ocasión y dada la situación, ha sido necesaria la presencia de agentes en el centro escolar. Una vez que las amenazas llegaron al conocimiento de las autoridades, un juez interpuso una orden de alejamiento contra los padres, además de imponerles una multa y la obligación de indemnizar al profesor, pero esta decisión no ha hecho que cesen los problemas.
