La educación financiera y el largo plazo: jóvenes para un futuro sustentable
La reciente medida de la Comisión Nacional de Valores (CNV) que habilita a jóvenes a partir de los 13 años a invertir en el mercado de capitales ha generado tanto expectativas como críticas.
Mientras algunos ven una oportunidad para fomentar la inclusión financiera, otros advierten sobre los riesgos de una eventual especulación o endeudamiento irresponsable entre los más jóvenes.
En este contexto, la educación financiera se vuelve más necesaria que nunca. Desde la Bolsa de Comercio de Buenos Aires Joven, creemos que el acceso al mercado de capitales debe estar acompañado de una preparación adecuada para evitar que estas iniciativas terminen promoviendo conductas contrarias a los objetivos que buscan.
La solución no es restringir el acceso de los jóvenes, sino dotarlos de las herramientas necesarias para que puedan tomar decisiones informadas y cumpliendo con los procesos previos, resguardando sus finanzas personales.
Un enfoque estructural
El gran desafío es avanzar hacia un enfoque estructural que incluya la educación financiera como parte de la currícula escolar, tanto en el nivel primario como en el secundario.
La experiencia de Chubut, donde recientemente se sancionó la Ley de Educación Financiera, es un buen ejemplo de lo que se puede lograr cuando las instituciones públicas y privadas trabajan en conjunto.
En esta ley, la Bolsa Joven participó como cuadro técnico y de recurso humano. El paso siguiente de este proceso implica la capacitación de docentes para que puedan transmitir este conocimiento a los estudiantes.
A lo largo de estos años, desde la Bolsa Joven hemos desarrollado diversas actividades educativas, incluyendo módulos de finanzas personales en clubes de barrio, que han demostrado ser un espacio efectivo para acercar este conocimiento tanto a los jóvenes como a sus familias.
En cada uno de estos programas, el objetivo ha sido siempre el mismo: reforzar la importancia del manejo en las finanzas domésticas, inculcar el concepto del ahorro a largo plazo y con planificación, advertir sobre los riesgos de la publicidad engañosa y las plataformas no reguladas.
El cambio de paradigma
Los jóvenes, a pesar de haber crecido en un entorno marcado por la inestabilidad económica, han mostrado un interés creciente por entender mejor el funcionamiento de los mercados y herramientas financieras.
Esto se refleja en los niveles de confianza en productos financieros. En un trabajo de campo realizado un porcentaje significativo de los jóvenes está empezando a confiar más en la compra de acciones, bonos o fondos comunes de inversión: un 43% de los jóvenes de 18 a 29 años declaró confiar en las acciones como instrumento, contra un 33% para el rango 30 a 49 y apenas un 13% para los mayores de 50.
Compromiso para el futuro
El camino es claro: la educación financiera debe formar parte al menos de la currícula de colegios secundarios públicos y privados. No se trata solo de enseñar a los jóvenes a operar en el mercado de capitales, sino de brindarles una formación integral sobre finanzas personales, que les permita tomar decisiones responsables y planificar su futuro a partir de la constancia en base a herramientas sólidas.
Desde la Bolsa Joven estamos convencidos de que, con el acompañamiento adecuado, las nuevas generaciones podrán tener una mirada integral para con sus finanzas personales y domésticas, sin caer en riesgos innecesarios. El conocimiento para los jóvenes siempre será la mejor protección frente a quienes buscan sacar ventaja de ellos.