Almeida arranca en la A-5 su mayor obra improvisando peticiones y sin cerrar el plan de movilidad con Óscar Puente

Este viernes comenzaron oficialmente las obras para meter bajo tierra el tráfico de la A-5 a su entrada a la capital. Si se cumplen los plazos, el actual Paseo de Extremadura pasará a la historia dentro de 25 meses y el Ayuntamiento de Madrid podrá construir encima el ansiado Paseo Verde del Suroeste, que cambiará el día a día para los habitantes de gran parte del distrito de Latina.

Pero antes de que llegue ese momento habrá que pasar por unas obras largas y que se prevén muy problemáticas para el tráfico en la zona oeste de la Comunidad de Madrid. La A-5 no será cortada en ningún momento, pero habrá muchos periodos en los que solo se encuentren operativos dos carriles por sentido, lo que conllevará cambios importantes en cómo se mueven los hasta 80.000 vehículos que circulan por allí cada día. Y muchos atascos alrededor.

Para intentar paliarlos, el Ayuntamiento de Madrid ha trazado un plan de movilidad que fía casi todo al desvío por otras carreteras ya existentes, algunas saturadas de tráfico actualmente en las horas punta. También prevé poner un autobús más en cada línea de la EMT afectada e incrementar, gracias a la ayuda de la Comunidad, ligeramente la frecuencia de la línea 10 de Metro, otra que en hora punta ya va al límite de su capacidad.

El plan se ha elaborado sin hablar con los alcaldes de los municipios cercanos afectados. El día después de presentarlo, Almeida tuvo su primer encuentro con el de Móstoles, de su mismo partido. Y la semana que viene, el martes, se reunirá con la alcaldesa socialista de Alcorcón, la ciudad a la que más influirán las obras por ser la A-5 su única vía de entrada rápida a Madrid. Hace unos días su concejala de Movilidad, de Más Madrid, revelaba que nadie en el Ayuntamiento de la capital se había reunido con este municipio para acordar el plan juntos.

Con quien tampoco ha hablado hasta ahora el equipo de Almeida ha sido con Óscar Puente ni con nadie del Ministerio de Transportes. El miércoles pasado su secretario de Estado de Transporte y Movilidad Sostenible, José Antonio Santano, envió una carta “ante la inacción de las administraciones madrileñas en la resolución de los problemas de los ciudadanos”. En ella decía desconocer el plan de obras y de movilidad elaborado por el Ayuntamiento, así como la duración de los trabajos y los cortes previstos.

“La falta de información por parte del Ayuntamiento dificulta al Ministerio poder colaborar al máximo de su capacidad en mitigar los problemas de movilidad”, informaban fuentes del equipo de Puente. Y reclamaba la convocatoria del Comité Técnico del Consorcio Regional de Transportes Públicos de Madrid para trazar alternativas y un refuerzo del transporte público. “Se solicita la colaboración del Ministerio al tiempo que a la vez se actúa con total opacidad y de espaldas”, lamentan.

Una petición de la R-5 improvisada

El Ayuntamiento de Madrid había pedido en un tuit de su alcalde la gratuidad de la R-5, la autopista radial que construyó Esperanza Aguirre cuando era presidenta regional y que tuvo que ser rescatada por el estado ante su inviabilidad económica. Lo hizo de forma improvisada, ya que un día antes un día había presentado su plan de movilidad sin hacer mención a esta posibilidad. Sí que había incluido el área de Movilidad una solicitud al refuerzo de Cercanías, que parece que podrá ofrecer Renfe.

Entre los reproches entre Ayuntamiento y Ministerio, Más Madrid presentó hace unos días su plan para evitar la “ratonera” en la que aseguran que se convertirá todo el entorno de la A-5 cuando empiecen los cortes de la circulación. Su propuesta hace énfasis en dotar de mejor transporte púbico y lanzaderas exclusivas a los vecinos afectados, añadiendo algunos recorridos a los actuales y ofreciendo a los viajeros de localidades cercanas afectadas viajes directos hacia intercambiadores en distintos puntos de la capital.

Los equipos de José Luis Martínez-Almeida y Óscar Puente se reunirán la semana que viene para mantener una primera reunión de trabajo e intentar acordar un plan de movilidad definitivo. Está por confirmar si los mandatarios acudirán o no al encuentro, pero ambas partes llegarán a la cita habiéndose cruzado gruesas palabras, con acusaciones de “deslealtad” y varios choques personales durante los meses precedentes.

En cuanto a la disposición de las partes, el Ministerio de Transportes está abierto a levantar temporalmente los peajes de la R-5, siempre que esta medida sea cofinanciada también por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, gobierno que hasta ahora se ha puesto de perfil en un asunto que le atañe directamente por afectar a varios municipios y a su sistema de transportes. El equipo de Puente también ofrece el refuerzo de la línea C-5 de cercanías y “posibles mejoras” que no concreta. También propone “habilitar un carril prioritario para el transporte público interurbano en la autovía de titularidad estatal, siempre que haya continuidad en el tramo municipal”.

Mientras intentan ponerse de acuerdo, las obras para soterrar 3,2 kilómetros de la A-5 avanzarán poco estos días. Los trabajos iniciales han consistido en empezar a colocar las casetas de obras y los cortes de tráfico no llegarán -previsiblemente- hasta diciembre, por lo que hay tiempo para llegar a un acuerdo antes de que llegue un posible caos para el tráfico.

Como si quisiera poner la venda antes de la herida, el alcalde aseguró este viernes, en la visita a la zona que quedará soterrada, que el Ayuntamiento está “trabajando muy duro para minimizar todas las afecciones y molestias que se puedan producir a la movilidad, partiendo de la base de que, siendo una obra necesaria e imprescindible, es necesario contar con la paciencia de los afectados”.

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