Era una de la peleas más esperada de los últimos por muchos motivos. El primero, la categoría de Artur Beterbiev y de Dmitri Bivol, ambos invictos y entre los mejores libra por libra del mundo; el segundo, que por primera vez un solo peleador se podía hacer con los cuatro cinturones de las 175 libras . Con esta previa, el Kingdom Arena de Riyadh, en su afán de destronar a Las Vegas a base de petrodólares, se vistió de gala y sonó la campana. Era un combate que, sobre el papel, ganaría Beterbiev (20-0) por ko o Bivol (23-0) a los puntos. Ambos púgiles diseñaron su estrategia bajo esa premisa y fue el ruso de madre coreana el que mejor lo hizo desde el inicio. Bivol sacaba más trabajo y llegaba, sumando puntos, mientras Beterbiev esperaba su momento para conectar con su mayor potencia. Los cuatro primeros asaltos fueron, sin duda alguna, para Bivol. Guardia alta, bien cerrado y ágil, bailaba al rival con un gran juego de piernas. Dejó el centro del ring para Beterbiev, mientras él entraba y picaba como una abeja para salir de inmediato de la distancia de Beterbiev. Fue el quinto asalto el primero que se llevó el campeón de la OMB, el CMB y la FIB, aunque algún juez, visto el veredicto, debió darle también el cuarto... El sexto también pudo seer suyo, y en el séptimo se produjo quizás el momento más emocionante: Bivol conectó una gran combinación que hizo tambalearse a Beterbiev. El ruso-canadiense mudó el gesto como preguntándose qué esta pasando. Dolido por verse superado en su terreno, el del intercambio de la metralla , reaccionó castigando a su compatriota, que al final le salió caro haber despertado a la bestia. Hay que recordar que los 20 triunfos con los que Beterbiev llegó a Arabia Saudí habían sido por ko. Todos. Pero Bivol no se arredró, y no sólo se llevó el octavo sino que en el noveno dio una lección magistral de boxeo: juego de piernas y golpes como centellas. Hizo valer su mayor velocidad frente a la potencia de Beterbiev, a quin su esquina debió decirle que o se llevaba los tres últimos o ya podía despedirse de sus cinturones. El mensaje debió surtir efecto, pues cierto es que terminó el combate mejor que Bivol, quien, con la calculadora en una mano, estaba deseando que aquello acabara sin contratiempos, sin dar tiempo a que su compatriota, que en el decimoprimero lo castigó duro, tornara el sentido de las tarjetas. El último asalto confirmó que Beterbiev concluyó mejor, pero con la duda de si había podido remontar todos los asaltos iniciales que habían sido del campeón de la Asociación Mundial de Boxeo. Llegada la hora de la subjetividad del boxeo, había que sacar las tarjetas . Este cronista veía empate -combate nulo- o victoria para Bivol. Entre esas dos opciones estaba la justicia del cuadrilatero. Pero mandan los tres jueces y dos dieron la victoria a Artur Beterbiev... Bivol ya es el único boxeador que ha aguantado doce asaltos al primer campeón indiscutido de los semicompletos, pero mereció más. Nadie debería negarle la revancha.
