Sorprendió Duarte Fernández que toreó con mucha pureza al tercero. Los quiebros en los medios provocaron fuertes ovaciones, y uno especialmente, esperando en el platillo, dándole todas las ventajas al toro y clavando muy reunido en una fusión perfecta, puso la plaza en pie. El joven portugués derrochó frescura y ambición, y los aceros frenaron lo que iba para triunfo grande. El sexto manseó de salida, lo que desató protestas de decepción a las que Duarte se sobrepuso con buena monta y decisión. No regateó esfuerzos y volvió a convencer y esta vez el rejón de muerte entró a la primera, le conceden una oreja y se pidió con fuerza la segunda, sin duda, para compensar su primera actuación. Diego...
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