El tono de Luis de la Fuente sigue siendo el mismo, pausado, calmado, aseado, pero uno de los adjetivos que antes lo acompañaba ha cambiado de signo. Ya no es comedido ni cauteloso. Ahora muestra el colmillo. El seleccionador sigue llamando a los periodistas por su nombre en las ruedas de prensa, habla del equipo español como una familia y repite mantras, mis jugadores son los mejores, mi staff es el mejor… Sucede que ha empezado a airear sus reivindicaciones y a soltar palos. De la Fuente habló de su libro, ese contrato sin mejoras que le prometieron en el caos de la Federación, todo un campeón de Europa. Y después paró el torrente. Ya estaba dicho. Desconvocó a Lamine Yamal, según su versión, sin interferencias del Barcelona que presionaba desde otros altavoces. Y ha avisado que volverá a citar a los mejores en las próximas ventanas. El seleccionador está mostrando personalidad allí donde el exterior intuía fragilidad o sencillez a la baja. Se le preguntó en Córdoba, después de un partido excepcional de la selección, si estaba agrandado. «Es un trabajo en equipo y así todo es fácil. No se trata de estar agrandado o no, las cosas son como son. La tierra es redonda y ya está. No puedes ir contra las cosas ciertas. Estoy muy tranquilo. Pero si estuviera agrandado también me lo habría ganado. Otros tirarían de carisma, pero yo soy humilde, educado... y ahí voy a parar». Un mensaje, se entiende, para el anterior seleccionador, Luis Enrique, quien camina sobrado de carisma por la vida. Del ahora técnico del PSG dijo De la Fuente en la Ser que no había visto la serie sobre su vida, «ni tenía pensado verla». De la Fuente al ataque es más divertido. Sus comentarios llevan un tiempo siendo más punzantes, menos políticamente correctos. En el estadio Arcángel dijo: «Estamos en camino de recuperar el espíritu de 2010, pero hay que alimentarlo entre todos, no solo con los resultados, da gusto cuando ves a otras selecciones, 50.000 croatas y 12.000 españoles. Estoy orgulloso, emocionado, de ser español. Pero si despistamos la atención, si generamos el conflicto entre clubes, vamos mal. Aquí no hay clubes, debemos colaborar entre todos ». Es una advertencia a la prensa, focalizada en el seguimiento a la selección entre el Real Madrid y el Barcelona. Pero no había titulares del Madrid o el Barça, tampoco del Atlético, en la alineación que goleó y maravilló ante Serbia. De la Fuente suspira por una selección sin el eterno conflicto Madrid-Barça. Lo dijo después: «Conozco muy bien a los jugadores, lo que me sorprende que os sorprenda -comentó a la prensa-. Pero como los jugadores no están en unos equipos mediáticos… Pero aquí no fallan, me he equivocado poco desde que llegué». Ese De la Fuente reivindicativo defendió a su buque insignia, Álvaro Morata, que falló un penalti y colocó luego un buen gol. «Me alegro por él, que hayan coreado su nombre, creo que están cambiando las cosas , hemos sido justos con un gran futbolista, respetando la valía de un capitán». Mensaje al público del Bernabéu, que abroncó al delantero en el amistoso con Brasil. La versión renovada del seleccionador (no falta quien asegura que ha cambiado de representante y de estilo) culminó en Córdoba con un aviso a los clubes. España ya está clasificada para los cuartos de la Nations League, pero el técnico llamará a los habituales: «Queremos ser primeros de grupo, esto es la selección española, no una comunidad de vecinos, y estamos obligados al máximo con los mejores futbolistas, que como he repetido en ocasiones están encantadísimos de venir».
