Comparece Luis de la Fuente en el estadio del Córdoba, donde este martes la selección se mide a Serbia (20:45, La 1) en busca del pase a la siguiente ronda de la Nations League, y en la rueda de prensa se habla, inevitable y cansino, de la última cuita en la rivalidad Madrid-Barça, el descarte de Lamine Yamal y sus mil conjeturas. De la Fuente expresó en su primer día como seleccionador, hace dos años, un deseo de momento incumplido. Transformar a la selección española en un asunto capital para 48 millones de españoles, en un intento vano de dar la vuelta a la realidad: España es un país de clubes al cien por cien que se emociona y vibra cuando su selección gana. «Lamine tenía una molestia, le pregunté y podría estar el martes y ante su duda, decidí que lo mejor es que descansara», explica de entrada sobre el monotema. «Si hubiera habido otros compañeros con las mismas molestias, con un mensaje en el mismo sentido, también se hubieran ido», trata de zanjar. «No he hablado con nadie del Barça, ha habido sinceridad y honestidad», responde a otra pregunta. «Me da lástima que la gente entre al juego de estos comentarios», dice en alusión a la prensa. Y trata de explicar con datos lo que resulta imposible de cambiar, la percepción de un país de clubes. «El trabajo con las selecciones supone el 3,5 por ciento del trabajo del año. Hemos jugado 17 partidos la temporada pasada, esta jugaremos 10, es decir son 27 partidos en dos años , es casi un partido al mes con la selección. Que no nos pasen la pelota a nosotros». De la Fuente alberga la esperanza de que esta sensación de que la selección molesta en los denominados parones cambie algún día. «Yo no veo que se haga de menos a la selección, todos los jugadores quieren venir, el 100 %, y el 100% de los aficionados quieren que gane la selección con los mejores jugadores. Estamos en esa lucha, es un país de clubes, pero hemos visto en Murcia o Córdoba que no todo es eso, que hubo un cambio social de sentimiento, de cercanía también cuando ganamos la Eurocopa. Es un proceso, queremos dar la vuelta a a ese tornillo. En otros países pasan y nosotros lo lograremos». David Raya se postula como aspirante al puesto de portero de la selección después de su estupenda labor ante Dinamarca. «Tengo la misma ilusión o más de jugar al fútbol que cuando me fui a Inglaterra con 16 años, es lo que más me gusta, nunca quiero perderlo». ¿Competencia para Unai?, se le pregunta. «No sé si habrá debate o dejará de haberlo. Yo lo que quiero es ponérselo difícil al entrenador, ganar partidos y que lo tenga difícil para elegir». Raya habló de su creencia en la ley de la atracción, la pseudociencia por la que siente fervor: «Sí, me he reafirmado en ella. Es pensar y trabajar positivamente en lo que quiero hacer, es trabajo y no solo pensamiento, trabajo diario para conseguir lo que te propones».
