Susana Díaz ha estado tres años haciendo voto de silencio en su partido. O, como ella misma dice, «mordiéndose la lengua» para que no la acusaran de poner palos en las ruedas de la actual dirección del PSOE andaluz, bajo el mando del exalcalde de Sevilla Juan Espadas desde mediados de 2021, cuando la derrotó en las primarias. Pero la actual senadora socialista y expresidenta de Andalucía (2013-2019) ha decidido romper ese voto de silencio -«esto hace hablar a un muerto», ha dicho- para levantar la voz contra uno de los artífices de su defenestración como líder de la federación andaluza, José Luis Ábalos , cuando el hoy diputado del grupo mixto en el Congreso atraviesa sus horas más bajas. El que fuera secretario de Organización del PSOE con Pedro Sánchez y ministro de Transportes está a un paso de ser imputados por beneficiarse de la red corrupta de adjudicaciones de contratos públicos y comisiones en el denominado caso Koldo. La expresidenta andaluza ha asegurado que «ojalá» demuestre que las acusaciones e indicios recabados contra él son falsos, «pero lo que se está viendo es feo por un tubo». La trama compró un chalé en La Línea de la Concepción para Ábalos y pagó 90.000 euros del piso en alquiler de su pareja , según la UCO. «Eso hace que muchos socialistas tengan que agachar la cabeza, porque no es el comportamiento que debemos tener en las instituciones, nos pongamos como nos pongamos», ha comentado Susana Díaz en el programa 'Todo es mentira', de Cuatro, después de que Risto Mejide, su presentador, le afeara que rompiera su silencio sobre Ábalos en otro formato de la competencia presentado por Susana Griso, donde la senadora también es tertuliana. El presentador interpretó sus críticas como una forma de saldar cuentas con una figura de la máxima relevancia en la dirección del PSOE de Pedro Sánchez. Susana Díaz negó que se alegrara por la posible imputación de Ábalos, porque quienes están «sufriendo» son los militantes. « Yo lo viví cuando vi a gente con la cabeza agachada por culpa de los ER E, después cada uno querrá manipular lo que quiera». La senadora socialista insistió en que tiene «un cabreo como un mono» en vista de lo «que ha caído ahora». Recuerda que fue José Luis Ábalos quien orquestó una campaña para desalojarla como secretaria general del PSOE andaluza, cuando anunció que el partido a nivel federal se iba a implicar en un «proceso de reflexión» para regenerar el proyecto en Andalucía. Ocurrió el 3 de diciembre de 2018, un día después de que Susana Díaz ganara las elecciones autonómicas con una mayoría insuficiente para gobernar, porque al PP, Ciudadanos y Vox le daban los números para echar a los socialistas de la Junta de Andalucía después de casi 37 años en el poder. «Levantarse una mañana después de ganar unas elecciones y escuchar a los tuyos decir 'irse, que nos vamos a a implicar en que os vayáis', que esto hay que regenerarlo...», rememoraba Díaz en el programa de Cuatro. La expresidenta andaluza lamentó que el entonces secretario de Organización instara a regenerar el partido porque estaba diciendo que «el PSOE andaluz estaba degenerado », cuando, según dijo, «somos un partido limpio». Díaz también tuvo reproches para la actual dirección regional del PSOE y Espadas, al que no mencionó expresamente, quien la derrotó por un estrecho margen de votos en la primarias para elegir al candidato a la Presidencia de la Junta en junio de 2021. Le recriminó que no ha integrado a nadie de los que la apoyaron en su equipo. «En esos tres años», dijo, « no sólo se me persiguió a mí, sino a todo aquel que estaba conmigo y nadie que estuvo en mi equipo ha seguido en ningún puesto de responsabilidad», se ha quejado. El presentador también le preguntó por qué el PSOE andaluz le ha dejado fuera de la lista de 57 delegados que mandará al congreso federal que el partido celebrará desde finales de noviembre en Sevilla para reelegir a Pedro Sánchez. « No tengo los méritos », ha ironizado Díaz, que ha sido ocho años secretaria general del PSOE y otros cinco presidenta de la Junta. « Lo tendrá que explicar quien me ha dejado fuera », ha contestado. Ha recordado que tampoco fue convocada como delegada al congreso de Valencia celebrado en octubre de 2021, aunque Sánchez sí la invitó. « Entendí que las primarias estaban cerca y las heridas estaban abiertas » en ese momento. Lo de ahora tiene menos explicación. Por eso Susana Díaz ha dejado de callarse. O como ella dice, «esto hace hablar a un muerto».
