Menos jóvenes pero más mujeres se inscriben a cursos para maquillar cadáveres
Maquillar, peinar y vestir cadáveres es una profesión bastante tabú y poco conocida. En España operan más de 1.000 funerarias que demandan constantemente personal. Por ello, existen escuelas que forman alumnos para que se dediquen al sector “de la muerte”.
Perfil de los alumnos
Una de ellas es Tanatos Formación, que cuenta con sedes físicas en Madrid, Málaga y Sevilla. Más de 8.000 alumnos han pasado ya por sus centros en los últimos 10 años. Su directora, Cristina Andión, explica a Confidencial Digital que es un sector más masculinizado, pero “está cambiando con los años”.
Aunque no hay un perfil concreto, al no tener requisitos de formación reglada, “es más fácil la inserción laboral de personas más mayores y no tan jóvenes”, apunta Andión.
Los alumnos y profesionales del sector suelen ser personas con cierta sensibilidad al mundo de la muerte y a menudo relacionadas con el mundo de la sanidad o del cuidado de personas. Al fin y al cabo, se trata de una profesión en la que, además de preparar al difunto, los profesionales se encargan de acompañar a los familiares en momentos muy duros de sus vidas.
“La parte más humana de este trabajo es poder acompañar y aliviar la carga de los seres queridos de los difuntos” afirma Dan Almoznino, director del centro funerario Fuensol de Málaga.
Formación y especialización
El curso tiene una duración de cuatro meses. Lo habitual es que se formen en las principales ramas de tanatopraxia (técnicas de conservación temporal de cadáveres) y tanatoestética (técnicas de mejora de aspecto del cadáver).
No obstante, la mayoría de los profesionales se siguen formando con cursos especializados de embalsamamiento, suturas, cremación y mantenimiento de hornos crematorios... “Son cursos más prácticos destinados a ayudarles a mejorar la técnica en las distintas funciones que pueden cubrir”, comenta la directora.
Salidas laborales
Es una profesión que, pese al desconocimiento, cuenta con amplias salidas laborales y una clara estabilidad independientemente de las coyunturas económicas. Los profesionales funerarios trabajan en centros funerarios, cementerios, bancos de investigación, centros de investigación forense, etc.
Se puede trabajar también en puestos de recepción, tramitaciones, atención a familiares, etc.
El sector funerario es uno de los pocos que no son susceptibles de cambios en la demanda de profesionales. “Hubo un gran repunte en la pandemia debido al trágico aumento de fallecidos por el Covid, pero por norma general es un sector muy estable”, asegura su director comercial, Juanfran Velasco.
Una profesión “tabú”
Los profesionales funerarios aseguran que no están exentos de críticas o caras de asombro cuando hablan de su profesión con terceros.
“Es una profesión que nos enorgullece, pero hay personas que no entienden nuestra labor o cómo podemos trabajar con difuntos. Es algo en lo que todavía la sociedad tiene que seguir trabajando”, asegura Ezequiel Hinojo, tanatopractor certificado por la Junta de Andalucía y profesor en Tanatos Formación.
Desde Tanatos Formación, intentan darle un nuevo enfoque desde el punto de vista del respeto hacia los difuntos pero también hacia una profesión tan importante aunque desconocida en nuestras vidas. “Para nosotros es fundamental inculcar ese respeto y esa profesionalidad entre nuestros alumnos para que lo compartan en su día a día y sea cada vez un tema menos escondido”, cuenta la directora Cristina Andión.
Más de 150 nuevos profesionales funerarios y otros 50 invitados, entre profesores, funerarios y personalidades, se darán cita este próximo 26 de octubre en un gran acto de graduación en el Gran Hotel Miramar en Málaga para nombrar a la nueva cantera de profesionales funerarios de España.