La NBA es especialista en generar narrativas en torno a sus estrellas, escribir historias de superación repletas de épica que enganchen a los espectadores más allá de sus espectaculares partidos. Y la temporada 2024-25, que comenzará el próximo martes, ya tiene su primer protagonista. Lonzo Ball , base de los Chicago Bulls, volvió a vestir los míticos blanco y rojo de la franquicia de Illinois tras más de mil días de baja. El que fuera niño prodigio y fenómeno mediático desde que militaba en la Universidad de California (UCLA) , se destrozó la rodilla izquierda el 14 de enero de 2022, menisco roto incluido, y tuvo que someterse a tres operaciones en su maldita articulación, lo que hizo que no pudiese vestirse de corto en dos años, nueve meses y dos días. Una pesadilla que, al fin, consiguió finiquitar en la madrugada del jueves. En el duelo amistoso ante los Minnesota Timberwolves , Ball saltó a cancha en los últimos minutos del primer cuarto, realizó un ligero corte y, ya en la esquina, recibió el balón liberado para anotar un triple. Su celebración fue liviana, pero el United Center, ese que enloquecía con Michael Jordan en la década de los noventa, se derrumbó tras la confirmación de que uno de sus ídolos estaba de vuelta. Aunque los visitantes se llevaron la victoria (123-125), el base se fue hasta los diez puntos en solo 15 minutos sobre el parquet y emocionó a sus camaradas. «Me he sentido mucho mejor jugando que mirando desde el banquillo. Ni siquiera puedo expresar con palabras cómo me sentí cuando salí a la pista. Definitivamente es un momento que nunca olvidaré», aseguró el jugador en rueda de prensa. Tras el duelo, ya en vestuario, Coby White , uno de los capitanes, dio un emotivo discurso, le regaló la pelota del encuentro a Ball y una camiseta firmada por toda la plantilla de los Bulls. «Es una bendición haber sido parte de este viaje. Muchos de nosotros hemos estado en esa situación, con todos sus altibajos. Ha sido una noche de locos para Lonzo. Este balón es para ti, hermano», dijo White antes de que el vestuario se fundiese en un emotivo aplauso. La celebración puede parecer exagerada, pero Ball ha pasado por un auténtico infierno en los últimos años e incluso se planteó la retirada. Tras su grave lesión en 2022, tuvo que pasar por el quirófano dos veces. Sin embargo, la rodilla no se recuperaba como se esperaba y, hace 18 meses, se optó por un tratamiento experimental del que ningún deportista profesional se había recuperado, pero que daba a Ball una pequeña posibilidad de retomar su carrera. La cirugía le extirpó el menisco y una importante cantidad de cartílago y se le implantó un moderno injerto ( aloinjerto osteocondral ). Las previsiones no eran buenas pero Lonzo profesaba una fe monumental. «Esto es algo de lo que nadie se ha recuperado realmente, así que seré el primero», dijo hace unos meses. Ahora, la NBA celebra el retorno del primer héroe de la temporada 2024-25.
