Acaba una era. Joe Biden se ha embarcado en su último viaje como presidente con una visita a Alemania, donde se verá este viernes con sus socios principales, sus homólogos en ese país, Francia y Reino Unido. Ausentes de esta despedida, los líderes de otras grandes economías europeas, como Italia y España. Y de fondo, el temor de los socios europeos a un regreso de Donald Trump, probable ahora si se hace caso a las encuestas. En la agenda de Biden en esta despedida de Europa están la seguridad de Ucrania y vías para contener a Rusia, aun con Trump, socio de Vladímir Putin, en la Casa Blanca. El presidente norteamericano se verá con el canciller Olaf Scholz y después participará en una reunión del llamado Quad, que integran el francés Emmanuel Macron y el británico Keith Starmer. Según un alto funcionario de la Casa Blanca que informó a los periodistas del viaje, Biden tratará con ellos el plan del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, para vencer en la guerra de Rusia. Zelenski mantuvo una llamada con Biden en la que discutieron ese plan. Entre los puntos destacados están la futura invitación a Ucrania para unirse a la OTAN, incentivos económicos para que Occidente invierta en recursos naturales ucranianos y el uso de tropas ucranianas para reemplazar algunas fuerzas de la OTAN en Europa. El plan de Zelensky incluye además la recuperación de activos rusos congelados. Aunque se está debatiendo dentro de la OTAN la invitación de Ucrania, no hay consenso todavía. Tras años de críticas de Trump por el poco gasto en defensa de aliados de la OTAN —en especial España, que es de las que menos invierte— Biden ha reforzado la alianza, sobre todo después de que Rusia invadiera Ucrania a principios de 2022. Biden y los socios de EE.UU. han apoyado con firmeza a Zelensky, algo que este no tiene garantizado con Trump. En una entrevista en podcast, el expresidente y candidato republicano dijo este jueves que el mandatario ucraniano es un «vendemotos», alguien que «no debería haber permitido que comenzara esa guerra». La guerra, de hecho, comenzó porque Putin invadió Ucrania con la finalidad de anexionarse el este de ese país, algo que no ha conseguido en los más de dos años de guerra. Biden debería haber ido a Alemania hace una semana, pero el paso del huracán Milton por Florida se lo impidió, y tuvo que posponer su viaje. También tenía pensado ir a Angola, para cumplir una promesa de campaña de visitar África al menos una vez. Esa parte del viaje ha sido cancelada. Tras este viaje, el presidente permanecerá en EE.UU. con una agenda más limitada, pues el 5 de noviembre son elecciones y después se abre un periodo de transición que será muy distinto dependiendo de quién gane. Las últimas encuestas reflejan una subida de Trump, que puede imponerse cómodamente en los estados decisivos. A finales de septiembre, Trump se reunió con el presidente ucraniano en la Torre Trump de Nueva York, su primer cara a cara desde 2019. Antes de iniciar la reunión, Trump, junto a Zelensky, expresó que era un «honor» verlo y mencionó que tenían una «excelente relación». Además, añadió que también mantenía una «muy buena relación» con el presidente ruso. Según un libro que se ha publicado esta semana, del aclamado periodista Bob Woodward, Trump ha mantenido una relación cercana con Putin desde que dejó la presidencia, y esta semana declaró: «Rusia nunca ha tenido un presidente al que respeten tanto». Trump ha insinuado varias veces que, de haber sido presidente, Rusia no habría invadido Ucrania. El viaje de Biden a Alemania estará también cargado de simbolismo. En un principio iba a ser una cumbre sobre Ucrania en la base militar estadounidense de Rammstein, pero al final será una visita de Estado a Berlín. A Aquella cumbre se iba a invitar a 20 jefes de Gobierno o Estado, pero eso ha sido cancelado. El equipo de Biden quiere que sea un mensaje final de este presidente a Putin, como el que Ronald Reagan hizo para visitar el muro de Berlín y pronunciar las palabras: «señor Gorbachov, derribe este muro». Otro asunto a tratar con los socios europeos será el de Israel. Biden ha sido más enfático en su defensa de este tras la agresión de Hamás el año pasado, pero ha perdido la paciencia por el alto número de muertes civiles en la franja de Gaza, más de 40.000. Ahora que el Ejército de Israel ha matado también al líder de Hamás, Yahyah Sinwar, EE.UU. busca unirse a sus socios en Europa para presionar a Benjamín Netanyahu para que ponga fin al conflicto.
