El último cocodrilo europeo vivió hace cuatro millones y medio de años en Baza , al norte de la provincia de Granada . Es probablemente el principal hallazgo de la última campaña de excavaciones que ha acometido un equipo multidisciplinar en el yacimiento Baza-1 y del que ha informado el ayuntamiento de la localidad bastetana. Después de veinte días trabajando sobre el terreno, los expertos han localizado nuevos restos de cocodrilo, que se añaden a los ya encontrados en anteriores campañas -en concreto algún diente-, y confirman así que la zona fue una turbera, una zona cenagosa con abundantes restos orgánicos en la que habitó ese reptil, junto con otros muchos animales, en la era del Plioceno europeo . Se trata de la octava campaña de excavaciones en la zona y ha permitido profundizar en un proyecto sobre el Plioceno en la Cuenca de Baza, auspiciado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Ha sido coordinada por el paleontólogo Bienvenido Martínez , que ha dirigido un equipo de 28 personas de diversas instituciones y universidades españolas, pero también de países como Argentina, Irlanda o Italia . Durante intensas jornadas de diez horas diarias, se han extraído 570 registros con abundantes fósiles de grandes vertebrados, sobre todo mastodontes pero también rinocerontes, bóvidos grandes, ciervos gigantes y tortugas. Además, se han tamizado alrededor de 2.500 kilos de sedimentos de la excavación, donde se han hallado restos de micromamíferos -rodedores, conejos o musarañas-, ranas, sapos, lagartos, serpientes y muchos peces, así como restos leñosos y hojas. Se ha podido reproducir, en consecuencia, el ambiente de la época . Bienvenido Martínez ha explicado que estos hallazgos indican que el sur de la península ibérica fue una zona de refugio para fauna tropical en el Plioceno, puesto que los reptiles gigantes de sangre fría necesitaban de altas temperaturas externas para mantener su cuerpo funcional. Los restos de cocodrilo encontrados, ha apuntado, muestran que esta especie, de origen africano, cruzó a la península durante el Mioceno terminal , cuando el Mediterráneo acabó desecándose. Por tanto, los fósiles corresponden a los últimos cocodrilos que habitaron en Europa. Según el paleontólogo, es muy probable que en el yacimiento de Baza «haya registrado el momento con mayor paleodiversidad de los últimos millones de años en Europa». Los datos obtenidos sugieren que el yacimiento se formó en una turbera en la que los animales quedaban atrapados, morían y quedaban enterrados, lo que ha permitido su conservación. Esto revela a su vez que Baza tuvo en esa época un clima óptimo de tipo tropical/subtropical, dominado por altas temperaturas y muchas precipitaciones , con presencia de amplios bosques donde habitaban abundantes especies de grandes mamíferos.
