"A pesar de Platón": pero, ¿qué hubiera dicho Penélope sobre Ulises?

El universo simbólico funciona no sólo como un universo sino como un sistema. Todo, de alguna manera, tiene que ver con todo, y en ese todo entran los discursos que a su vez ofrecen figuras en las cuales el ser humano se siente identificado. Pero ¿todo el ser humano? ¿O sólo el hombre? Y en ese caso, qué papel ocupan las mujeres, que no han sido artífices de sus propios discursos sino que han asumido una figura imaginada, simbólicamente, por hombres. ¿Se sienten identificadas o, más bien, siente ante ello un aire de ajenidad? En este ensayo, Ana Cavarero (Bra, Italia, 1947), filósofa de la Universidad de Verona, se pregunta qué sería del pensamiento si mujeres como Penélope, Deméter, Diotima hubieran podido tomar la palabra y decir quiénes fueron en lugar de ser retratadas por sus autores.

Liberación y libertad

Ana Cavarero ofrece una mirada nueva, especialmente con conceptos como liberación y libertad, examina lo posible en un juego en el que mezcla la erudición con el humor, una muestra, señala, de que ya no se viven tiempos de liberación, sino de un ejercicio de la libertad, un acto menos acartonado y, valga la redundancia, más libre y más desfachatado. Cavarero se permite inventar varias figuras femeninas o, como dice, las roba por medio de un expolio de textos clásicos, que van desde Homero hasta Platón, para situar a sus heroínas en un escenario reservado sólo a las mujeres, con lo cual el significado que adquieren difieren notablemente del imaginado por sus creadores masculinos.

«El eventual derrocamiento de los estereotipos hace que el juego sea aún más divertido», afirma la autora. Penélope, entonces, en su reescritura, ya no es aquella mujer que espera a Ulises, sino una mujer que mantiene a raya a los pretendientes y a todo el reino de Ítaca mediante el famoso, «aunque poco plausible», truco del telar. Toda una manera de ver el mundo antiguo y sus mitos y sus heroínas pero no ya desde una mirada patriarcal, sino desde un punto que va más allá de lo femenino, sino con la libertad.

Lo mejor

El tono desenvuelto con el que la autora se entromete con autores clásicos

Lo peor

Nada que cuestionar. El libro es un ejercicio de libertad