La noticia estaba a medio escribir antes del partido de este sábado en San Mamés. El viernes el Athletic Club anunciaba que Martín Zabaleta, primer español en coronar la cima del Everest ataviado con una ikurriña con la simbología de ETA , sería el protagonista del saque de honor en el encuentro frente al Espanyol en la décima jornada de la Liga. La decisión se tomó tras una reunión interna el lunes pasado, según apuntan fuentes de la institución, aprovechando la visita del sherpa Pasan Temba a España, que también saltó al césped del estadio. Un acto que acabó celebrándose, pese al revuelo causado y la denuncia de las asociaciones de víctimas del terrorismo, con la mayoría del estadio en pie para ovacionar a Zabaleta y las cámaras apuntando hacia otra parte, por lo que el homenaje no pudo verse en directo por televisión. «Un rayo de dignidad frente a lo inexplicable», afirmaba Ego Non, asociación centrada en la denuncia del enaltecimiento etarra, que había pedido sin éxito cancelar el homenaje. En lo deportivo, vendaval futbolístico de los de Ernesto Valverde, que a la media hora de partido ya ganaban por tres goles a los barceloneses. Vivian, con un nivel de forma que le ha llevado a convertirse con todo derecho en el tercer central de la Selección Española, abría el marcador a los pocos minutos de empezar el partido. Tras esto, un breve impasse en el que el Espanyol soñó con pelear y, a continuación, la electricidad pura sobre el césped de la Catedral, personificada en las figuras de los hermanos Williams. Primero, el mayor de la familia definió cruzado tras un control de máxima élite a un pase de Álex Berenguer. Después, mismos protagonistas para el tercero, cuando Iñaki finalizó a la escuadra una jugada que había arrancado Nico desde la banda contraria. El menor de los Williams lució desequilibrante, tirando caños y apareciendo por todo el frente ofensivo bilbaíno. Descansado después de haberse perdido el último parón de selecciones por precaución. Fútbol de Champions. «Los mejores minutos de la temporada», comentaban en la grada. Sólo un nivel de relajación extremo en la segunda parte podía cambiar las cosas. Y no solo no sucedió, sino que los leones siguieron apretando. «Que bote San Mamés», gritaba el público, que una hora antes había jaleado al alpinista Zabaleta . Algunos, según reconocían a ABC, sin saber la historia de vinculada al terror tras la gesta celebrada en 1980. El año más sangriento a causa de la violencia etarra, que dejó 91 asesinatos. Berenguer hizo el cuarto mediada la segunda parte. Recorte con la derecha y golpeo raso al palo corto con la izquierda. De libro. El mediapunta consiguió no sólo que no se notara la baja sensible de Ohian Sancet, sino que se convirtió en el protagonista en ataque del partido. El Athletic hizo el cuarto y puso el partido a dormir, con un Espanyol sobrepasado e inoperante en ataque, salvo por el gol de la honra que marcó Tejero en el descuento de falta. Ernesto Valverde se permitió dar descanso a sus figuras. La temporada es larga y viene cargada de partidos, pues también juegan competición europea. Tanto Ruiz de Galarreta, clave en la sala de máquinas bilbaína, como los Williams escucharon el pitido final desde la banqueta. A la espera de lo que hagan este fin de semana sus rivales, el Athletic se sitúa cuarto en la clasificación, mirando directamente a los puestos Champions , empatando a puntos con el Atlético de Madrid y el Villarreal y sólo siete por detrás del Barcelona, que lidera la tabla.