Chalecos antibala para los guardias civiles ‘anti-narcos’ en el Estrecho de Gibraltar
- Más de cien chalecos antibala
- Guardias civiles del Campo de Gibraltar
- Frente a armas de fuego, cuchillos y punzones
- Dispositivo antiahogamiento
- Fallecidos en el mar
- Protección ante impactos de fusil
- Armas de guerra en manos de narcos
La actividad delictiva de las redes de narcotraficantes que introducen droga en España por las costas andaluzas, especialmente en la provincia de Cádiz y en la comarca del Campo de Gibraltar, está obligando a las Fuerzas de Seguridad a volcar esfuerzos importantes en esa zona.
Y la agresividad de los narcos es tal que ya han provocado varias muertes de agentes de la Guardia Civil.
Las dos últimas fueron las de David Pérez y Miguel Ángel González, que murieron en febrero cuando una lancha pilotada por narcotraficantes embistió y pasó por encima de una embarcación del Servicio Marítimo de la Guardia Civil en aguas en torno a Barbate (Cádiz).
David Pérez pertenecía al Grupo de Acción Rápida (GAR), unidad antiterrorista que en los últimos años refuerza la presencia de la Guardia Civil en la lucha contra el tráfico de drogas; y Miguel Ángel González estaba encuadrado en el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), pero ambos estaban desplegados en una embarcación del Servicio Marítimo que trataba de vigilar los movimientos por mar de las redes de crimen organizado de la provincia de Cádiz.
Confidencial Digital ha conocido una licitación pública lanzada recientemente por el Ministerio del Interior para mejorar la protección de los agentes de la Guardia Civil desplegados en torno al Campo de Gibraltar, y más específicamente, de los que trabajan en patrulleras y lanchas del Servicio Marítimo.
Más de cien chalecos antibala
El contrato se divide en dos lotes. Un lote engloba la adquisición de chalecos antibala de alta flotabilidad.
Interior fija una compra mínima de 117 unidades, a un precio unitario cada chaleco de 1.446 euros sin IVA como máximo. El gasto total de esta partida superará los 204.000 euros (con IVA).
El otro lote lo forman un mínimo de 320 placas balísticas de nivel IV, es decir, placas de material resistente a disparos con armas de fuego, que se colocan en los chalecos. Se ha fijado un precio máximo unitario de 826 euros, más IVA, y un importe total de 319.827,20 euros.
Guardias civiles del Campo de Gibraltar
“Para cumplir con los objetivos de mantener el orden público, garantizar la seguridad de los ciudadanos y proteger el libre ejercicio de sus derechos, contemplado en el programa de gasto de seguridad ciudadana, es necesario dotar a los componentes de la Guardia Civil del material auxiliar suficiente para conseguir la operatividad y eficacia en el servicio, garantizando así la protección de los derechos y libertades y la seguridad ciudadana”, indica la Dirección General de la Guardia Civil para justificar la inversión del Ministerio del Interior, que supera el medio millón de euros en esta licitación.
Estos chalecos antibala y placas balísticas van a ser destinadas “a las unidades que prestan servicio en el Campo de Gibraltar”.
Desde hace años, a esa comarca de Cádiz se destinan refuerzos de unidades de la Guardia Civil, también de la Policía Nacional, para tratar de poner coto a las redes criminales de tráfico de drogas.
Interior adquiere medios materiales para facilitar el trabajo de los agentes, que se enfrentan a organizaciones delictivas equipadas con armas de guerra, y totalmente decididas a actuar con violencia para evitar detenciones de sus miembros e incautaciones de cargamentos de sustancias estupefacientes.
Es precisamente lo que sucedió en aguas cercanas a Barbate la noche que el piloto de una narcolancha mató a los dos guardias civiles al embestir su embarcación. La amenaza fue tan palpable, que los agentes que ocupaban la embarcación oficial sacaron sus armas cortas para realizar disparos de advertencia que no lograron disuadir a los narcos.
Para esas unidades que prestan servicio en el Campo de Gibraltar se ha considerado necesario dotarlas de placas balísticas, que ofrecen una protección de nivel IV, y de chalecos antibalas de alta flotabilidad.
El material proporcionará “un alto nivel de protección”, indispensable “para que el personal que pertenece a diferentes Unidades de la Guardia Civil, y más concretamente el Servicio Marítimo en el caso de los chalecos antibalas de alta flotabilidad, dispongan de un medio de autoprotección eficaz frente a impactos producidos por armas de fuego en los diversos servicios e intervenciones que realizan”.
Frente a armas de fuego, cuchillos y punzones
Estos chalecos que va a adquirir el Ministerio del Interior, para dotar a los guardias civiles que patrullan las aguas en torno a la provincia de Cádiz ,tienen como función “proteger la superficie de pecho, espalda y cuello del usuario proporcionándole protección contra munición convencional de armas ligeras y contra la agresión con armas blancas y proporcionar flotabilidad al usuario en el caso de una eventual caída al agua”.
Serán prendas exteriores, que se colocarán por encima del uniforme de servicio.
La Dirección General fijó una serie de requisitos de protección, para que proporcionen a los agentes resistencia a la penetración contra arma de fuego, anti cuchillo y punzón.
“El chaleco debe reunir las cualidades de confort, especialmente en lo que se refiere al peso, flexibilidad, ergonomía”, se establece en los pliegos destinados a las empresas interesadas en esta licitación, y “su empleo no dificultará los movimientos habituales del usuario durante el servicio o en desplazamientos en vehículo, ni la conducción, ni el porte de la pistola reglamentaria. Tampoco dificultará los movimientos del tirador en las distintas posiciones de tiro (encarar el arma y hacer fuego con una o ambas manos)”.
Estos nuevos chalecos para los guardias civiles desplegados en el Campo de Gibraltar y en las aguas del estrecho incluirán además un protector balístico de cuello, un elemento similar al panel balístico con dimensiones compatibles con el cuello de la funda exterior del chaleco balístico de alta flotabilidad, para aumentar la superficie protegida, en este caso tan vital como la zona del cuello.
Dispositivo antiahogamiento
Los chalecos que va a adquirir Interior no sólo deben proteger el tronco de los guardias civiles frente a balas y cuchilladas. En este caso, como van destinados específicamente a los agentes que despliegan en embarcaciones del Servicio Marítimo, se requiere que cumplan el requisito de ofrecer una “alta flotabilidad”.
Según los documentos que detallan las características del suministro, “el chaleco deberá mantener a flote al usuario sin que éste ejecute movimientos de natación; incluso con placas balísticas”.
Interior requiere que el chaleco mantenga al agente “con la cara hacia el exterior del agua; en caso de caer boca abajo le dará la vuelta en un tiempo máximo de 5 segundos”.
Estas prendas de protección llevarán además incorporada una luz de localización en el agua. Se tratará de un dispositivo tipo LED, con una intensidad lumínica mínima de 0,75 cd, que emitirá destellos visibles en cualquier dirección desde el exterior del agua. Esa luz “se activará inmediatamente al entrar en contacto con el agua”.
“La luz de localización en el agua facilitará al equipo del rescate detectar la posición del usuario cuando ha caído al agua”, determina la Dirección General de la Guardia Civil.
Fallecidos en el mar
La lucha en el mar contra los narcotraficantes ha derivado en episodios mortales, como la muerte en Barbate de los dos guardias civiles arrollados por una narcolancha una noche de febrero.
Pero ha habido otros casos. En marzo de 2023, una embarcación auxiliar del Buque de Operaciones Especiales ‘Fulmar’ de la Agencia Tributaria interceptó en aguas al oeste de las Islas Canarias un velero sospechoso de transportar droga.
En el intento de abordaje para inspeccionar el velero, la embarcación del Servicio de Vigilancia Aduanera volcó, los funcionarios cayeron al mar y falleció uno de ellos.
Protección ante impactos de fusil
Los chalecos antibala para los guardias civiles que se enfrentan a los narcotraficantes en aguas del Estrecho de Gibraltar irán reforzados por placas balísticas, que “deben proporcionar la protección contra impactos de fusil”.
El radar del Servicio Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) avisó en mayo de este año de la presencia de una embarcación sospechosa en la desembocadura del río Guadalquivir.
Agentes de la Guardia Civil acudieron al lugar y detectaron en la orilla a un grupo de hombres descargando fardos de hachís de la lancha a cuatro coches todoterreno. Los narcos recibieron a los agentes disparando armas automáticas de guerra, y los guardias civiles tuvieron que repeler la agresión utilizando sus armas reglamentarias.
Los delincuentes utilizaron munición del calibre 5,56 x 45 mm, el estándar de los fusiles de asalto en la OTAN. Por ejemplo, los fusiles HK G36 de dotación en el Ejército de Tierra disparan estas balas.
Para estos chalecos, la Dirección General de la Guardia Civil marcó como requisito deseable que las placas balísticas tengan un nivel de protección IV según la normativa NIJ.
Sí fijó como exigencia que el panel balístico del chaleco debe resistir a las amenazas siguientes en las condiciones indicadas en el plan de pruebas balísticas:
-- Calibre.357 Magnum, proyectil semiblindado con punta de plomo (SJSP), masa nominal de la bala 158 grains, velocidad inicial de 385 ± 10 m/s.
-- 9 mm Parabellum, proyectil blindado con envuelta bimetálica (FMJ), masa nominal de la bala 123 grains, velocidad inicial 410 ±10 m/s.
-- 9 mm Parabellum, proyectil encapsulado mono bloque (EMB), masa nominal de la bala 93 grains, velocidad inicial 415 ± 10 m/s.
Distancia del blanco en los tres casos: 5 ± 0,5 m desde la boca del cañón.
La combinación de placa balística y panel balístico del chaleco deben resistir a las amenazas siguientes:
-- Calibre 7,62 x 51 mm, proyectil perforante AP, masa nominal de la bala 9,55 g, velocidad inicial de 875 ± 15 m/s. Resistirá 1 impacto.
-- Calibre 7,62 x 51 NATO, proyectil FMJ, velocidad inicial de 815 ± 15 m/s. Resistirá 4 impactos.
Distancia de tiro en ambos casos: 15 ± 0,5 m desde la boca del cañón.
Se considerará que el panel balístico del chaleco resiste las amenazas balísticas indicadas cuando en un ensayo de resistencia haya sido sometido a seis impactos, no haya sido perforado y la huella de trauma sobre plastilina balística normalizada no supere los siguientes valores: 28 mm de valor medio y 30 mm de valor individual de un impacto.
El calibre 7,62 x 51 mm también fue un estándar de la OTAN utilizado durante décadas en fusiles de dotación en los ejércitos aliados.
Armas de guerra en manos de narcos
El uso de fusiles de asalto y otras armas de guerra por miembros de las redes de crimen organizado que trafican con droga en la punta sur de la España peninsular está obligando a las Fuerzas de Seguridad a aumentar los medios de protección de los agentes dedicados a perseguir estos delitos.
La Policía Nacional adquirió en 2023 más de un centenar de escudos de protección balística para los agentes integrados en “los dispositivos específicos que se montan en la zona del Campo de Gibraltar para combatir el crimen organizado y el tráfico de drogas, así como las redes criminales de inmigración ilegal y el acceso al territorio nacional de manera ilícita”.
Los escudos balísticos que buscaba la Policía “son idóneos para dicha área de actuación, al proporcionar protección balística frente a posibles agresiones con armas de guerra, sobre todo del calibre 7,62 mm, cada vez más usadas por las organizaciones criminales de la zona”.