Chimy Ávila , jugador del Betis, ha hablado este martes para los medios oficiales del club tras su gol del pasado sábado en El Sadar. El tanto del delantero valió la victoria para el equipo dirigido por Manuel Pellegrini , que ha sido el primero en doblegar al Osasuna en su feudo en lo que va de temporada. Unos tres puntos que han devuelto al Betis a posiciones europeas y con los que ha recuperado la confianza de cara al partido de este jueves ante el Copenhague. Precisamente sobre ese gol, el segundo del jugador este curso, ha opinado el bético: «Pensé que si la tiro por abajo, Sergio Herrera me la va a quitar. Me salió pegarle fuerte arriba. Dije 'que sea lo que la Virgen quiera' y la verdad que el instinto de un delantero es estar siempre en esa jugada y brindarle la victoria a todos los béticos». Respecto a su celebración, el argentino ha explicado que se fue para Adrián San Miguel porque son vecinos y se han hecho muy amigos: «Adrián a mi me ayuda en el día a día y nos hemos hecho muy buenos amigos. Somos vecinos y él sabía lo que yo pensaba cuando estaba en el banquillo, cuando me sacó el míster y cómo me recibieron allí... La experiencia de Adrián me ayuda mucho». El bético regresó a El Sadar, estadio que fue su casa hasta el pasado mes de enero, en el que no fue muy bien recibido el pasado sábado: «El partido para mí es una pecera. Me preocupo en lo que tengo que hacer yo, en lo que puedo aportar al equipo y en usar las herramientas que me da el míster. Hice una pecera y lo de fuera... Obvio que a veces uno entra en algunas cosas, pero entras porque está tu familia en la grada, pero salí a jugar un partido normal y con la confianza que me dio el míster y los compañeros que estaban en el banquillo». Y ha añadido: «Se me cruzaban miles de sensaciones. De repente estoy escuchando los insultos de la afición de Osasuna, que en mi mente ya está pasado. Lo dejo cerrado. Pero quiero recalcar el sonido que me llega en ese momento, 'Chimy es de los nuestros'. Es como cuando vas con un coche eléctrico y no llega la batería. De repente, te da ese plus y es lo que me generó la afición del Betis en ese momento». Además, Chimy Ávila ha contado una anécdota sobre las espinilleras que usó en Pamplona el sábado: «Estaba Isco tratándose, con la bota del pie, y se quita dos gomaespumas. Dije, 'Isco qué es esto'. Y salta Pepe, el fisio, esto es de la bota, y digo 'me sirve de las espinilleras, magic estaba en la zurda de Isco'. Bendecidas. Esa es la espinillera que llevaba en la mano. Marqué con la zurda, eso ya no me lo quita nadie». Para Chimy, la victoria en Pamplona es el comienzo del camino que el Betis quiere recorrer: « Ganamos todos juntos y es una familia , un equipo... Se pudo dar una victoria, que la estábamos necesitando. Y ya dejar el pasado atrás, los errores... sacar las cosas positivas para enmendarlos y ya para adelante». Además, el bético ha sido crítico con lo que el equipo ha hecho hasta ahora: «Ojalá que sea el despegue de un lindo viaje. Cuanto más lejos llegue el avión, mejor eso. Ahora tenemos que sumar en el día a día, estamos dolidos con lo que hemos hecho mal. El míster nos da las herramientas, la afición el aliento y somos nosotros los que tenemos la responsabilidad . Esta vez captamos lo que nos pedía el míster y la gente. Somos los primeros que necesitábamos una victoria». El Betis recibirá el próximo jueves al Copenhague , el rival más duro que le ha tocado en esta fase de la Conference League: « No es partido fácil, pero ningún partido lo es . Los rivales también saben lo que es el Betis, todos le quieren ganar, todos te hacen el trabajo difícil. Lo que tenemos que hacer es captar lo que quiere el entrenador. Nada está hecho, es el momento de empezar a fabricar las paredes y hacerlo de la mejor manera posible. El Copenhague no es fácil pero todo va a depender de nosotros». Además, el jugador se ha mostrado convencido del arma secreta con la que cuenta el equipo: «Somos doce contra once. La afición va a empujar y a ningún equipo se le hace fácil venir aquí con 50.000 o 60.000 personas que mete siempre el Benito Villamarín. Es un plus que nos va a ayudar, a cualquier equipo que venga a este estadio se le hace difícil contra la gente y contra nosotros« Respecto al uso de dos delanteros , un cambio de sistema que realizó Pellegrini ante el Osasuna, Chimy sólo ha tenido halagos hacia el entrenador y su forma de plantear los encuentros: «Parece algo muy loco, pero la última vez que jugué de doble delantero fue en Huesca y la verdad es que el otro día me sorprendió. Me sentía a gusto y pensé que era mi partido. Lo vimos y dijimos bueno pues para adelante. El míster es una persona muy inteligente , porque sabía que yo en velocidad a los centrales les podía ganar y el ingeniero siempre saca un as de debajo de la manga«. Asimismo, el jugador ha hecho un repaso de su llegada al Betis y de los motivos que le empujaron a dejar el Osasuna para recalar en la ciudad hispalense: «Todo me gustaba de Sevilla y del Betis. El sol, el venir al estadio del Betis y sentir ese murmullo de la gente. Me recuerda mucho a Sudamérica a Argentina , se juntaron muchas cosas y me siento muy contento aquí. No tengo techo y mientras tenga la oportunidad estaré defendiendo los colores del Betis». Respecto a su estancia en el club, Chimy ha asegurado que es «un desafío muy bonito»: «No me puedo quejar, se nota que es un club grande. Te exige para bien y para mi es todo nuevo. Siempre he estado en equipos más inferiores y el Betis te lleva a competir a lo grande . Es un desafío muy bonito y cuando yo entré fue un golpe de realidad. Pensé 'si es un sueño ,no me despierten y si es verdad, tengo que trabajar para estar al 100%'. Creo que poquito a poco vamos a ir consiguiendo los objetivos que marcados». Por último, el argentino ha reconocido que se toma de forma muy personal los errores: «Me ha tocado todo, he vendido chatarra, he sido pintor, albañil como mi padre... He hecho de todo, por eso cuando las cosas no van bien, me lo tomo muy a personal . Lo hablé con el entrenador, le expliqué que como me ha costado tanto llegar dónde estoy, me lo tomo muy personal cuando algo no va bien. Entiendo que el míster cuando me cambia busca lo mejor, pero hay algo interno que me cambia en la cabeza. Me vuelvo loco pensando en lo que no hice bien».
