Cuando las calles de Jerez de la Frontera ya han recuperado la calma después del frenesí de emociones ―y pasos por todas partes― del pasado sábado, la Magna Mariana aún continúa dando que hablar y dejando detalles que merecen ser reseñados. Dejando a un lado la caótica cuestión organizativa del evento , la multitudinaria procesión celebrada el día 19 en la ciudad natal de Lola Flores tras aplazarse la fecha inicial del sábado 12 fue la oportunidad perfecta para que personas venidas de todos los rincones ―cofrades de Salamanca y Zaragoza compartían grada en carrera oficial con otros de Madrid, el Aljarafe y Morón de la Frontera― descubrieran y se fascinaran con los grandes tesoros que albergan las cofradías jerezanas . Todo ello, además, a través del elemento culmen de la Semana Santa andaluza: el paso de palio . Un aspecto que se cuidó hasta el más mínimo detalle en un buen número de hermandades fue el musical. Encontrar treinta y seis bandas que cumplan con garantías con el nivel exigido para un acontecimiento de las dimensiones de la Magna no era sencillo, y menos aún cuando algunas formaciones se habían caído forzosamente debido al cambio de fecha y a compromisos ya contraídos, lo que privó a Jerez de la presencia de la Oliva de Salteras, La Puebla del Río o la Municipal de Mairena del Alcor, entre otras. En líneas generales, se estuvo a la altura de las circunstancias, si bien es cierto que, por el elevado número de bandas, había diferencias sensibles entre unas y otras. La Agrupación Musical La Sentencia , jerezana, abría paso en el recorrido oficial demostrando encontrarse en un magnífico estado de salud. Pudieron comprobarlo, por ejemplo, quienes escucharon el estreno de la marcha 'Todo por María' (José Manuel Sánchez Crespillo) en la plaza de la Asunción. El resto de formaciones participantes, con la salvedad de la agrupación musical San Juan, que tocó en varios puntos concretos, fueron bandas de música llegadas desde distintas provincias tras haberse preparado con mimo, algunas de ellas con un cuerpo de integrantes bien numeroso que dio debida cuenta de la importancia que para todas estas entidades ha tenido la procesión magna. Hubo formaciones que destacaron, además de por el número de músicos, por su alto nivel interpretativo y por un repertorio muy apropiado para una jornada en la que había que poner en valor el producto propio. Y decir producto propio en lo referente a la música procesional jerezana es hablar de Germán Álvarez Beigbeder . Poco conocido e interpretado fuera de la ciudad por su producción casi exclusiva para Jerez y sus obras solemnes y complejas, en su tierra se está dando un movimiento de revalorización del padre de Manuel Alejandro. Muchas bandas se pusieron manos a la obra y montaron algunas de las marchas más emblemáticas de la ciudad, como un amplio repertorio de obras de Beigbeder, desde 'Virgen del Rosario' o 'Amargura' hasta 'Desamparo', 'Nuestra Señora del Mayor Dolor' o 'Cristo de la Expiración', himno oficioso de la Semana Santa jerezana . Las hermandades también tomaron conciencia y llenaron, algunas más y otras menos, sus crucetas con estas marchas. Hubo algún caso, como el de la popular hermandad de la Expiración, que discurrió con la Virgen del Valle por toda la carrera oficial a sones de obras de Beigbeder a cargo de la banda de Palomares de Trebujena. Una imagen a la que, además, no le faltaron las palmas ni los cantes. Otros nombres indisolubles de la música procesional en Jerez también tuvieron su hueco en palios de distinto corte, como Francisco Orellana , con marchas como 'Nuestra Señora de los Dolores' y 'Nuestra Señora de Loreto'; o Andrés Muñoz , con 'Nuestra Señora de la Soledad' o la icónica 'Esperanza de la Yedra'. En este punto, hay que mencionar el arduo trabajo y los palpables resultados de la banda del Maestro Dueñas de Rota, Julián Cerdán de Sanlúcar de Barrameda, el Liceo de Moguer, la Asociación Musical de la Algaba o la Municipal de Gerena, que ejecutaron con maestría los repertorios tan bien confeccionados por hermandades tan emblemáticas como la Soledad, la Amargura, la Piedad, el Desconsuelo y las Tres Caídas para sus prodigiosos pasos de palio, o los de la Banda Sinfónica de la Trinidad de Málaga poniendo música a la Virgen de Loreto, que habitualmente va en silencio. Tampoco puede pasarse por alto el extraordinario papel de las Nieves de Olivares , que deleitó al público de Santiago con su interpretación de '¿Quién te vio y no te recuerda? (Saeta jerezana)' de David Hurtado al paso de Madre de Dios de la Misericordia, de la hermandad del Transporte, antes de incorporarse tras la Virgen del Desamparo en una noche inolvidable por el carácter genuino y desbordado sin reservas de la hermandad del Prendimiento, incluido el momento de su titular mariana meciéndose al son de un piano por bulerías. La banda de la Cruz Roja de Sevilla acompañó a la Virgen de la Encarnación e hizo gala de su buen hacer con un gran despliegue de efectivos y la fortuna del magnífico repertorio elegido por la hermandad del Santo Crucifijo, que cada Noche de Jesús procesiona en completo silencio, entre el que se encontraba la exquisita marcha 'Saetas' de Manuel Borrego, recuperada por la formación hispalense esta Cuaresma. Cabe destacar también la calidad interpretativa de la banda de Santa Ana de Dos Hermanas , completamente adaptada a un icono devocional como la arrebatadora Esperanza de la Yedra. Las sustituciones provocadas por el aplazamiento de la Magna dejaron estampas sonoras como la de la banda de las Mercedes de Bollullos tras la Reina del Transporte o la de Rosario de Sanlúcar tras la Virgen de la Paz en su Mayor Aflicción. En los primeros compases de su discurrir sí que pudo estar presente el Carmen de Salteras . La banda aljarafeña estrenó la interesantísima 'Suspira la Amargura', obra del compositor jerezano emergente Pedro Gálvez , antes de marcharse a Camas. La apuesta de muchas cofradías por lo clásico y por marchas ampliamente reconocidas también conllevó la repetición de obras universales como 'Esperanza Macarena', 'Virgen de la Paz', 'Rocío' o la centenaria 'Pasan los Campanilleros', aunque tampoco faltó la corporación que, merced a su idiosincrasia, se decantó por composiciones de más reciente creación con un carácter más efusivo y efectista en detrimento de la calidad musical. En la variedad está el gusto, como pudieron comprobar cientos de cofrades ante el derroche de autenticidad de las cofradías de Jerez de la Frontera.
