El tiempo que dedica un peleador de artes marciales mixtas en el combate en sí es bastante escaso. De hecho, un combate como el que va a protagonizar Ilia Topuria en Abu Dhabi puede durar media hora como mucho. Sin embargo, su preparación llega hasta minutos antes de subirse al octógono. Uno de los procesos más importantes es el de deshidratación y posterior rehidratación . Para llegar a cumplir en el pesaje y alcanzar el límite de los 65,8 kg (145 libras) , Topuria y cualquier luchador debe someterse a un proceso de recorte de peso , que conlleva no solo someterse a un déficit calórico extremo, sino también deshidratarse al límite, con un proceso de sudoración extrema que le lleve a perder buena parte del agua que acumula el cuerpo, tanto en el glucógeno (los hidratos de carbono procesados por el cuerpo) de los músculos como en el resto del cuerpo. Una vez cumplido ese pesaje, los peleadores deben recuperar todo el peso perdido para volver a estar en un punto cúlmen con el que se suban al ring en plenas condiciones para luchar, en este caso literalmente, por la victoria. Ahí es donde comienza el proceso de rehidratación . David Rojas , nutricionista y asesor deportivo de peleadores como Joel Álvarez y Dani Bárez , lo explica a ABC con un símil: «Es un trampantojo: es como coger una uva, aplastarla y dejarla seca para después volver a hidratarla». Y es que una vez perdidos los 6-7 kilos que necesita Topuria para estar en el punto óptimo, luego debe recuperarlos. El tiempo para esto, ya que el pesaje oficial es el viernes y el combate es la noche del sábado, es de apenas 24 horas. Si para perder todo ese peso se necesita una semana larga, ¿cómo es posible lograrlo en unas horas? La respuesta es el diseño inteligente del cuerpo humano. «Cuando estás deshidratado y el cuerpo está vacío, la síntesis de hidratos de carbono y la manera en la que se está receptivo es altísima», relata Rojas. «Es un proceso natural de supervivencia: en una situación extrema, el cuerpo necesita nutrientes e hidratación inmediata. Esto se consigue haciendo el proceso invertido al anterior, pero con precaución», explica. «Hay que invetir el proceso. Una vez dado el peso en la báscula oficial, se empieza con suero, sales minerales y agua a rehidratarse. Se debe hacer poco a poco, a sorbitos, en un tiempo de entre 45 minutos y una hora», explica. ¿Por qué ese tiempo? Quien haya tenido un problema gastrointestinal fuerte lo sabe bien. «La capacidad del cuerpo dependerá del grado de deshidratación. Quien lo haya sufrido, sabe que tiene que empezar poco a poco con suero, líquidos, dieta blanda... Dejarle un período de tiempo al estómago para que se asiente y que el sistema digestivo tenga tiempo para adaptarse a la reabsorción de hidratos de carbono», explica. No hay un tiempo específico para ello, y cada atleta tiene unos tiempos. Hay algunos, por ejemplo, que tienen que hacer ciclos de con suero hasta dos y tres veces. Una vez recuperada la hidratación, se empieza con la comida sólida. Y esta se hará en los tiempos necesarios y cuantas comidas se requieran. Ahí entra la labor de los nutricionistas y técnicos que acompañan a los deportistas, en este caso a Ilia Topuria, que tienen medido perfectamente cuál es la capacidad de recuperar el glucógeno. «Si sé que mis músculos tienen capacidad de obtener X cantidad, y cuento con 48 horas hasta el evento, y en ese tiempo puedo hacer 8 comidas sólidas , divido la cantidad de hidratos de carbono en esas 8 comidas. Eso, junto al agua, hace que se recupere el peso perdido en los días antes», explica Rojas. Una vez logrado, y siempre bajo supervisión, el peleador está en condiciones óptimas para el combate. La capacidad de rehidratación de los deportistas es alta, pero no conviene pasarse. El cuerpo de un luchador de élite, como es Ilia Topuria, está acostumbrado a rendir de manera perfecta dentro de unos parámetros específicos: ni poco peso, ni mucho. Por eso, en ese proceso de recuperación de peso no es conveniente ganar más peso del perdido. «Es comparable a un coche deportivo. Tú tienes uno que es súpereficiente porque tiene 150 CV y pesa 1.000 kilos . ¿Va a ser igual o más eficiente si en lugar de mover 1.000 kilos tiene que mover 1.200 con los mismos 150CV?», ejemplifica Rojas. El peso de más en el momento del combate hace que el luchador se mueva más lento, golpee con movimientos excesivamente toscos o reflejos menos efectivos. «Hay que recuperar el peso perdido, ni más, ni menos» , zanja David Rojas.
