Enrique Ponce y Ana Soria cuentan los secretos de su flechazo
Un flechazo. Lo de Enrique Ponce y Ana Soria fue un flechazo de manual. Ella estaba en la plaza de toros de Almería, sentaba como una espectadora más en el tendido. Él estaba en el callejón, listo para salir al albero. Bastó una mirada para que Enrique se quedara prendado de Ana . Ella sintió la mirada como un puñal. «Le pregunté a un amigo si la conocía. Resultó que era la hija de un conocido, así que sabía su nombre», recuerda Enrique, que de repente salió al ruedo llevado por una fuerza descomunal: «Estaba muy motivado. Читать дальше...