Muere Antonia Kerrigan, la agente literaria detrás del 'boom' de 'La sombra del viento'
«La leyenda entre el gremio apuntaba a que con los años había convertido su despacho en un exquisito jardín de orquídeas, y Pascale me aconsejó que le llevase un nuevo ejemplar para su colección a modo de ofrenda, Pascale era amiga de las integrantes de la llamada Brigade Currygan, un formidable cuarteto de féminas literarias de diferentes nacionalidades que trabajaban a las órdenes de madame… Al entrar avisté una vitrina con las obras completas de Julián Carax y un jardín botánico de categoría superior. Madame Currygan me escuchó pacientemente mientras saboreaba un cigarrillo con el que sembró de telarañas flotantes la sala». Casi al final de 'El laberinto de los espíritus' (2016), la novela que cerraba la tetralogía iniciada con quince años antes con 'La sombra del viento', Carlos Ruiz Zafón quiso rendir homenaje a su agente literaria Antonia Kerrigan convirtiéndola en personaje literario. Elaine Antonia Kerrigan Gurevitch (París, 1952), fallecida hoy a los 71 años, era pura literatura. Hija del poeta irlandés Anthony Kerrigan, traductor al inglés de Unamuno, Ortega, Borges o Neruda y con una madre que combinaba el piano en la orquesta sinfónica de Chicago con las traducciones de Cortázar, su infancia transcurrió en Mallorca donde conoció a Robert Graves y Camilo José Cela. Aunque Kerrigan estuvo a punto de acabar la carrera de Medicina (cursó cuatro años) se licenciaría en Filología Inglesa: el ADN literario familiar y una oferta de Carmen Balcells para trabajar en la agencia del boom latinoamericano demostraron en qué consiste la fuerza del Destino. Emancipada de la Mama Grande a finales de los ochenta, Kerrigan decidió volar sola. Y voló muy alto. Noticia Relacionada Entrevista estandar Si Carme Riera: «A Carmen Balcells el nacionalismo catalán le parecía una desgracia» La autora y académica Carme Riera escribe la biografía de quien fue su agente literaria, artífice del Boom y revolucionaria del mundo editorial A lo largo de tres décadas la agencia Kerrigan, con el concurso de la «brigada» a la que alude Ruiz Zafón (Hilde Gersen, Claudia Calva, Sofía di Capita, Sandra Naharro), cuenta en la nómina de los ciento cincuenta autores representados con María Dueñas, Javier Sierra, Víctor del Árbol, Espido Freire, Juan Gómez Jurado, Dulce Chacón, José María Merino, Jorge Volpi, Laura Restrepo… El aldabonazo de 'La sombra del viento' en 2001 me llevó a conocer más de cerca, y gracias a los buenos oficios de mi amigo Carlos Ruiz Zafón, a esta señora de la literatura y a su esposo, el arquitecto Ricardo Pérdigo. Nunca olvidaré cómo Antonia acogió y negoció para que mi primera novela, 'No digas que me conoces', viera la luz en 2015. Tampoco el sentido del humor que destilaba con una ironía marca de la casa inequívocamente anglosajona. La última vez que hablé por teléfono con Antonia, no me ocultó la gravedad de su estado y el desasosiego por una estancia hospitalaria que se eternizaba. Semanas después sus hijos, Gregori Dolz Kerrigan e Ilya Pérdigo Kerrigan, ratificaban su baja médica, aunque no perdían la esperanza en que su madre pudiera recuperarse. Si Carmen Balcells se erigió como el modelo de superagente del siglo XX, Antonia Kerrigan fue su indudable sucesora en el XXI. Su apellido pasará a la crónica cultural como la agente que acompañó otro boom, el de 'La sombra del viento': quince millones de ejemplares en 36 lenguas. Ruiz Zafón la aguarda en un cielo repleto de orquídeas y libros inolvidables.