Inéditos (20)

La forma más saludable que tengo de perder el tiempo es leyendo el periódico, incluidos los atrasados. Tras la siesta y mientras cae la tarde, que las páginas, con una inusitada calma, vayan pasando solas sin que nadie me reclame ni atienda. Pero hoy, último día de febrero, ha ocurrido algo diferente. Su foto, que inmediatamente he recortado, con la noticia de su muerte súbita, estando sana, a los treinta y ocho años, han roto el guion y provocado al poeta que llevo dentro. Y sin saber lo que quería expresar, de nada la conocía, escribirle estos versos ante los que, creo, se hubiera detenido, no para entenderlos sino simplemente leerlos, como tomar el sol, ver llover o recibir un masaje. E inmediatamente después, entre el fracaso y la esperanza, seguir demostrando con hechos que aquí está prohibido no ser una más.   Para Camila Cañeque. In Memoriam