El arte 'tech' de vivir entre plantas
La inteligencia artificial (IA) ya es muy valiosa en la lucha contra plagas y enfermedades de cultivos y jardines. Desde hace años ayuda a los profesionales a mejorar las herramientas de vigilancia, a diseñar mejores robots para distribuir los aditivos al suelo e incluso máquinas más adaptadas para podar o cosechar y, por supuesto, a mejorar los programas informáticos que ayudan a conseguir que las especies sean más resistentes a las plagas, aumenten su resiliencia y se adapten al calentamiento global. «Cualquier epidemia en un jardín es como una tormenta. Es difícil decir si una tormenta individual se debe al cambio climático o no, pero en buena parte de los casos ya sabemos que el aumento de la temperatura y las modificaciones en los ciclos estacionales suelen estar detrás de problemas en los jardines que arruinan el trabajo de los paisajistas», declara la fitopatóloga de la Universidad de Florida Karen Garrett. Análisis de datos Los sistemas de IA que ya se están empleando en el cuidado de jardines 'inteligentes' no sólo ayudan al ahorro de recursos, sino que guían a los diseñadores para optimizar la eficiencia. «Hace tiempo que ya utilizamos la IA en varias etapas del proceso previo a la ejecución del jardín, desde análisis de datos complejos sobre condiciones del suelo o del clima hasta simuladores que nos permiten prever cómo evolucionarán los espacios naturales con el paso de los años y el cambio de las condiciones climáticas», explica el paisajista madrileño Fernando Nájera , quien destaca en que su trabajo comienza con el análisis y comprensión del entorno natural donde se ubicará su creación. «La tecnología nos permite utilizar de forma más inteligente los recursos, tanto materiales como vegetales, y adaptar los proyectos que desarrolla nuestro estudio de paisajismo al clima y las condiciones del suelo de cada zona. Se trata de minimizar el impacto ecológico, pero también de crear un espacio, aparte de bello y armonioso, sostenible, para lo cual es capital la eficiencia hídrica, incluyendo el reciclaje de agua y la reutilización del material orgánico que genera el propio entorno». «El paisajismo ha de ser sostenible para hacer justicia al propio término, que nació de la observación y la inspiración en paisajes naturales que el ser humano consideraba deseables para sí y para su hogar, y no se me ocurre mayor sostenibilidad que intentar imitar en nuestros diseños el propio medio natural y aplicar soluciones basadas en la Naturaleza, que se autorregula y genera y regenera espontáneamente —prosigue Nájera—. Las plantas son el elemento capital del paisajismo, pero no olvidemos la composición del suelo, las rocas, los cursos de agua o elementos arquitectónicos que contribuyen a hacer más rico y más eficiente el nuevo ecosistema que construimos». Cipreses y varas florales protagonizan este jardín f. nájera Guardianes de plantas A nivel intelectual y emocional el jardín juega un papel vital y los beneficios de convivir con plantas son innumerables, también en el plano psicológico, pero es preciso saber que una planta llega a exigir incluso más cuidados que un animal de compañía y muchas fracasan sin que sepamos bien por qué. Para evitar estos 'dramas' ya se han desarrollado sistemas como por ejemplo Plant Parent, una app de uso sencillo, instalada en el móvil, que emplea IA para ayudarnos a que las plantas crezcan sanas y guiarnos en su cuidado. La app se encarga de todo, desde identificar la planta con una simple foto hecha con el móvil hasta explicarnos cómo debemos regarla, cuánto sol necesita e incluso qué enfermedades tiene. Con el sensor de luz ambiental del móvil se evalúa si está recibiendo mucha o poca luz y la propia aplicación nos guiará para encontrar el lugar ideal para ubicar nuestra planta. También envía notificaciones de riego y calendarios de poda y abonado. Éste es sólo un ejemplo de cómo avanzan las técnicas, como las de teledetección, los drones e imágenes por satélite, en grandes jardines o en explotaciones florales y agrícolas, para, por ejemplo, ayudar a identificar la ubicación de ejemplares infectados por patógenos. Gracias a la IA se analizan fotos aéreas para detectar cambios en la coloración de hojas, flores o frutos que alerten de plagas. Eficiencia hídrica El paisajista Nájera incide en la importancia de la eficiencia hídrica y en cómo la tecnología ayuda a optimizar el consumo: «El mayor problema con el agua, aparte de la cada vez mayor escasez de lluvias, radica en la distribución, con redes de suministro como principales responsables de la ineficiencia por las fugas. Cuando diseñemos un jardín uno de los primeros objetivos es aprovechar hasta la última gota de agua. Contamos con sistemas que permiten modular el riego en función de las precipitaciones de los días anteriores, así como de la humedad del suelo, o de contadores inteligentes que avisan de desviaciones en el consumo para monitorizar y optimizar los consumos». Fernando es arqueólogo de formación, por lo que bien conoce que «los cambios climáticos son una constante en la naturaleza, y es complicado ir en su contra, máxime en este momento en el que se ha demostrado científicamente que evolucionamos hacia un creciente calentamiento global». «Por tanto —explica—, el paisajismo ha de metamorfosear y tecnificarse para dar respuesta al entorno global que enfrentamos y que vamos a tener. Como ejemplo, este año España está sufriendo sequías inmisericordes en algunas regiones mientras que en otras ha llovido torrencialmente. Y estos parámetros pueden cambiar repentinamente, por lo que tenemos que buscar plantas todoterreno, muy apegadas al clima mediterráneo y capaces de fijar nutrientes y sostener la tierra ante la erosión de lluvias y sequías». «La cobertura vegetal del suelo suaviza tremendamente el clima y modula los extremos, por lo que la tendencia ha de ir en pos de jardines capaces de tolerar cortes de agua esporádicos, bien sombreados y adaptados al entorno. No es realista pensar que los jardines o terrazas particulares vayan a solucionar esta crisis climática, pero cada pequeña parcela cuenta, y a nivel hogar sí que se nota una tremenda diferencia», continúa Fernando. Mediante la IA aplicada al paisajismo se pueden monitorizar elementos como los cambios de humedad o temperatura: «Basta entrar a un jardín o parque en verano, o hacerlo a un aparcamiento o campo de deporte de firme sintético. La diferencia puede superar fácilmente los diez grados de temperatura. Al igual que las plantas son un factor diferenciador, también lo ha de ser la arquitectura. Tejados con grandes aleros y fachadas con trepadoras se convierten en aliados para mitigar los rigores del clima». Jardinería tecnológica Con los avances en tecnologías, se han abierto las puertas al paisajismo tecnológico, una actividad multidisciplinar que procura crear espacios sustentables, eficaces y estéticos, valiéndose de la arquitectura, del paisajismo tradicional y del uso de la IA en la ejecución, el consumo energético y el impacto ecológico. Esta nueva generación de paisajistas ya emplea el potencial de los nuevos materiales y la IA para crear jardines que se adapten al nuevo mapa climático y a los estilos de vida modernos; y para ello se apoyan por ejemplo en la domótica aplicada, que ha desarrollado innovadoras soluciones para automatizar y controlar el riego inteligente, la iluminación automática, etcétera. La informática de última generación fortalece el análisis de datos, como volumen de agua consumida, horarios y fallos en el riego o humedad del suelo. Así, el paisajismo basado en IA integra, junto a los elementos del paisajismo tradicional, dispositivos de última tecnología como iluminación led de mínimo consumo, jardines controlados por ordenador o climatizaciones biodinámicas. Y es que la vegetación no es simplemente materia estética, sino un elemento funcional y generador de experiencias personales. Una planta es una maravillosa e ingeniosa fábrica que recolecta nutrientes con el agua del suelo, crea una estructura de la cual emergen hojas, y gracias a un peculiar mecanismo de tipo solar captura gases y libera otros, produciendo sus propios nutrientes —explica Nájera—. Entendido esto, es fácil deducir que allí donde se establecen ha de tener esos nutrientes disponibles y, ante su falta, enferma o muere. Por eso los revestimientos arquitectónicos naturales y las instalaciones energéticas, techos vegetales, jardines verticales o cubiertas sobre sustratos artificiales son elementos que pueden verse cada vez más en proyectos singulares como hoteles, complejos de apartamentos, edificios de oficinas, azoteas o jardines urbano. Todos ellos comparten una idea de sostenibilidad gracias a un bajo nivel de mantenimiento y la necesidad de crear un paisajismo más ecológico. «En el paisajismo tenemos la opción de mitigar el uso de fertilizantes, escogiendo las plantas según sus requerimientos edáficos y la medición de datos también nos ayuda a calcular previamente la reducción del uso de fitosanitarios: la variedad vegetal del jardín permite la proliferación de microfauna capaz de mantener a raya las plagas. El cuidado de estos aliados con troncos huecos, bebederos, hoteles de insectos, floraciones profusas es muchas veces más útil que los pesticidas. Eso, y la correcta elección de las especies permite la reducción del uso de productos químicos e incrementa la sostenibilidad de nuestros jardines», sentencia este paisajista.