No existe en el deporte acción más transgresora que la de un guardameta de fútbol marcando un gol en la portería rival . Porque la única y vital función del cancerbero es evitar a toda costa que el balón bese la red . Precisamente por eso, solo una situación de extrema desesperación le puede obligar a abandonar su hábitat, el área propia, para lanzarse a un arriesgado viaje de más de 100 metros hasta la lejana meta contraria. Estas ocasionales aventuras suelen ser infructuosas o, en el peor de los casos, desembocan en un fatal contraataque del enemigo. Ahora bien, cuando semejante osadía obtiene el premio buscado, su protagonista adquiere para siempre el título de héroe. Noticias Relacionadas estandar Si...
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