Мы в Telegram
Добавить новость
smi24.net
Abc.es
Март
2024

Pregón de la Semana Santa: Primo Jurado encuentra la fe de los mayores en la Córdoba eterna

0
Abc.es 

Bastaron unos párrafos al pregonero para presentarse ante el auditorio del Gran Teatro, aunque no fuesen los primeros: «Soy aquel niño que asistía con su familia a los oficios en la Catedral , donde mi tío, don Juan Jurado Ruiz, era canónigo. El niño que contemplaba emocionado las procesiones desde el balcón de su casa o con sus padres en las sillas de la carrera oficial, extasiado ante el derroche de imágenes, sonidos y aroma a incienso... y luego las reproducía con nazarenos de terracota y pasos de creación infantil». También el joven historiador, el padre que llegó a la Sentencia de la mano de su hijo y nunca ha faltado . Así se confesó este sábado ante los cofrades Juan José Primo Jurado , historiador, escritor y articulista de ABC, cofrade y cristiano comprometido, para pronunciar el pregón de la Semana Santa de Córdoba , que hizo con un profundo amor a la ciudad, pisando de forma figurada sus piedras y hablando sobre su historia y su carácter. Noticia Relacionada Galería vertical No Fotos: el sentido anuncio de Juan José Primo Jurado de la Semana Santa rAFAEL CARMONA El Gran Teatro acoge el pregón y la interpretación de marchas de la banda de la Esperanza Fue lo que propuso: «Recorramos esta noche sus calles y plazas, sus rincones de siglos, las joyas de sus iglesias fernandinas, los templos modernos del obispo Fray Albino, el esplendor del Renacimiento y el Barroco, que son el cofre que acoge el tesoro material y devocional que creó la fe de nuestros mayores. Hagamos la ruta cofrade cordobesa ». Y eso fue lo que hizo, recorrer los barrios y hablar de las cofradías. La Piedad, «que da una lección de sencillez, esfuerzo y obra social en su barrio», o la Conversión, ante la que hizo una reflexión: «Somos ladrones que robamos fama, dinero, ilusiones, oportunidades y virtudes que debieron florecer». Con la Sagrada Cena llegó al momento en que habló de su pertenencia a la Adoración Nocturna , y dedicó un soneto al Santísimo : «Vos sois la luz que guía mi camino, por quien juro y juraré fidelidad. Luego en tus manos está mi destino». El prólogo había sido la música de la banda de la Esperanza, y junto a 'Virgen de las Angustias', 'Coronación de la Paz y Esperanza' y 'Saeta Cordobesa', homenajeada en su 75 aniversario, el pregonero escogió la marcha ' El Corpus '. Lo presentó el sacerdote Antonio Gil , quien ensalzó de él la cultura, la comunicación y la fe como valores que resonarían ante el auditorio. El escenario estuvo presidido por la cruz de guía de su cofradía de la Sentencia, entre los dos faroles. Leyó en las imágenes los problemas de las gentes de hoy: «Jesús agoniza donde haya un ser humano que lucha con la tristeza , la angustia, en una situación sin salida como Él aquel día. No podemos hacer nada por el Jesús agonizante de entonces, pero podemos hacer algo por el que agoniza hoy. ¡Cuántos calvarios existen en el corazón de nuestras modernas urbes». «La Virgen de los Dolores parece aspirar todo el dolor de los cordobeses para convertirlo en aroma de gozos y esperanzas, mientras cae el manto en los corazones» De la Sierra fue al este de la ciudad y siguió por la Merced, la Soledad y la Presentación al Pueblo, cuando recordó la tarea de Fray Albino. Con el 'obispo blanco' siguió por el Amor y con las del Campo de la Verdad llegó a la Ajerquía . Se apoyó entonces en su conocimiento de la historia y en San Fernando para recorrer las iglesias que se asocian con él. Fue un pregón con citas de muchos autores; y en el Huerto tomó palabras de Pablo García Baena y en la Caridad un soneto de Calderón de la Barca. Pasó por la Misericordia y las Penas y llegó a la Esperanza para recordar a Juan Martínez Cerrillo, pero también a Montero Galvache, Carlos Clementson y Miguel Ángel de Abajo. Cambió un poco el tono al llegar al Barrio de San Lorenzo, y en versos octosílabos quiso hacer una poesía del barrio cofrade, por ser el lugar con más hermandades: «Alborada que ilumina / la Jerusalén dorada / llena de hebreos y palmas; / que es Córdoba y su Ajerquía / que es San Lorenzo y su plaza / en torno a su cruz de guía. / Y en esa espera tendría / la primavera en mis manos». Bajó a los Trinitarios y siguió con el Rescatado: «Prendido y Rescatado / camina el Señor cordobés / por el jardín trinitario, / completo manantial de fe, / espejo del pasado / donde Córdoba se ve». «Y será sobre tu palio, tus varales, bambalinas, peana, flores bordadas, donde encomiende mi vida, por quien es mi sagrario, Madre de Gracia y Amparo» El paseo por Córdoba tuvo que salir de la Ajerquía por el Colodro , tras una oración en el convento, en busca de Jesús Caído y más adelante del Señor Resucitado en Santa Marina: «Fue Dios quien pronunció la última palabra». Cerca está San Agustín: «Vibra el alma de la ciudad con el paso de las Angustias por las calles, mientras la Virgen continúa desgranando su mensaje de Madre buena a la Córdoba inmortal». Recordó al Beato Cristóbal de Santa Catalina con Jesús Nazareno y pidió tomar su cruz «para construir juntos la redención , como una casa grande y feliz para todos». El paseo por la Ajerquía culminó en San Pablo: «Aquí su rosetón da luz al último suspiro del Cristo de la Expiració n, da luz a una madre dolorosa que implorante llora en silencio y en sus manos guarda las cuentas del Rosario por su hijo que está muriendo». Recordó entonces un soneto de Ricardo Molina. «¿No será ese rostro de anhelos infinitos de la Virgen de la Paz lo que hace vibrar a Córdoba cuando pasa por las calles?» Con la Villa pisó la plaza de Capuchinos, «cuyo silencio, pulcritud, armonía y equilibrio quieren representar las mejores señas de identidad cordobesas». Recordó a Fray Ricardo de Córdoba en la Sangre y volvió vibrantes sus palabras al hablar de la Virgen de la Paz : «Electriza, emociona, pone de puntillas el alma, hace brillar las miradas, eleva, sublima». Y más adelante se preguntó: «¿No será la serenidad acogedora de esta imagen la que hace que toda la ciudad se acerque a ella en oleadas de entregas y aplausos?». Llegaba el momento de lo más solemne al hablar de la Virgen de los Dolores , que «no pasa por las calles de Córdoba, sino que pasea más bien en su trono invisible de cariño por el corazón de la ciudad. Parece aspirar todo el aroma de la Semana Santa de Córdoba o todo el dolor de los cordobeses para convertirlo en aroma de gozos y esperanzas, mientras cae el manto de la Señora de Córdoba en los corazones anhelantes». «Con el Cristo de Gracia está el pueblo sencillo contándole en sus plegarias los dolores de su vida y su profunda esperanza» Le quedaban el Centro y la Judería, y contó cómo «el Santo Sepulcro abre el camino de la vida a todos los entierros del mundo. Cristo muerto por nuestros pecados para que podamos vivir eternamente como resucitados». Al Señor de la Buena Muerte rezó el conocido soneto anónimo 'A Cristo Crucificado' y empezó a cerrar su camino con su cofradía de la Sentencia: «Será por San Nicolás , / donde descubra tu mirada / de silencio, amor y verdad / por tus manos maniatadas». El final de la ruta cofrade por Córdoba tenía que ser la Catedral, que es «como la Iglesia: grande, magnífica, acogedora , universal, entrañable, con un lugar para todos y con tantas columnas como razones para la vida, la fe y el amor». Concluyó de nuevo con versos que recorrieron Córdoba y anunció la inminencia de lo que llega: «Resuene la saeta de Pedro Gámez Laserna . Rómpanse los calendarios y, como dijo el poeta: Córdoba, hágase eterna».











СМИ24.net — правдивые новости, непрерывно 24/7 на русском языке с ежеминутным обновлением *