Un reto clásico convertido en danza y poesía

Crítica de Danza 'De haber nacido' Interpretación: María Muñoz Dirección artística: María Muñoz y Pep Ramis Iluminación: Luis Martí Espacio sonoro: Fanny Thollot Música y colaboración musical: Quiteria Muñoz, soprano, Joel Bardolet, violín, Bruno Hurtado, viola de gamba y violón Audiovisuales: Leo Castro Teatro Central Día: 16 de marzo de 2024 3 Enfrentarse a un texto clásico siempre es un reto, hasta para los más avezados directores y actores, cuanto más cuando a una bailarina y coreógrafa se le plantea nada menos que 'La vida es sueño' de Calderón de la Barca. Ese fue el guante que le lanzaron a María Muñoz alma y vida junto a Pep Ramis de la compañía Mal Pelo, nada menos que desde la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Lluis Omar y Xavier Albertí. Tardó Muñoz en decidirse, y menos mal que lo hizo, porque si no esta noche no hubiéramos disfrutado de una joyita íntima llamada 'De haber nacido' , obra que María Muñoz han creado sobre la obra de Calderón, y en la que además de usar su cuerpo para expresarse, algo natural en ella, usa también la palabra, y ahí estaba el reto que ha superado con nota y en el que ha contado con la inestimable colaboración de Helena Pimenta . Y para esta obra han elegido un personaje, 'Rosaura', que no es la protagonista pero quien realiza el viaje en esta obra que han denominado 'Creación escénica/danza/teatro'. Pero además, no sólo han usado los textos de Calderón que se escuchan grabadas por la bellísima voz de María Muñoz, sino que también han tomado para recrear el personaje de Rosaura, textos de 'Calderón' de Pasolini , obra que el director italiano ambientó en Barcelona durante la dictadura franquista. «Ya no me hago preguntas, sólo las imprescindibles. Demasiado tengo con sobrevivir», dice María Muñoz. El espectáculo es pura poesía , una obra donde la hibridación de disciplinas es una constante. No hay fronteras. La palabra, lo visual, la música, la danza, todo se une en aras del relato, donde a través de tres sueños, tres estancias, se nos presenta a una 'Rosaura' andrógina en busca de su libertad y de su identidad. El escenario está completamente blanco. Sobre esos lienzos se proyectan imágenes de bosques nevados. Aparece María Muñoz-Rosaura caminando sobre la nieve, y baila sobre el impoluto blanco escenario, está descalza, luego se pone los zapatos, cambia de atuendo. Dice los hermosos textos de Pasolini mientras en el tapiz blanco del suelo se van escribiendo con la luz líneas y palabras sobre las que María Muñoz-Rosaura danza. Los movimientos de María Muñoz siempre son áereos, engañosamente frágiles, elegantes, parece flotar sobre el mismo tapiz con el espacio sonoro que desde la música sacra de la religiosa Hildegard von Bingen , a la de Pëteris Vasks o a una versión casi flamenca de 'A mi manera' que nos pone la sensibilidad a flor de piel y nos emociona. Estos cruces de disciplinas, esta forma de crear experiencias híbridas, deben llevar siempre un marchamo de calidad porque si no los resultados pueden ser muy enojosos. No es el caso, aquí la calidad rezuma por todos los rincones. Acertado atrevimiento de Lluis Omar y Xavier Albertí, y menos mal, como decía al principio, que María Muñoz dijo que si, porque 'De haber nacido' es una delicia de espectáculo, un sueño como decía Calderón, una obra llena de calidad dancística e interpretativa de la mano de una mujer que, con treinta y cinco años de danza en su cuerpo, nunca deja de sorprendernos.