La amenaza de una lluvia de barro agua el Domingo de Ramos a Antonio Banderas
La amenaza de una lluvia de barro aguó el Domingo de Ramos en Málaga. El día grande de la Virgen de Lágrimas y Favores, cuando Antonio Banderas cumple con la tradición heredada de sus padres y guía a la 'Niña de San Juan' por las calles de la ciudad. Encapuchado bajo una farona la entrega entre callejuelas en su trono de plata, vestida con su manto verde de bordados de oro. La previsión de tormentas y la calima lo impidieron. Banderas siempre cumple. No falta a la cita. Es dónde cree que tiene que estar este día. Con la túnica de color hueso, la faraona verde y su hermano, Javier Domínguez , a su lado. Sin embargo, este año la previsión meteorológica no lo dejó salir. No hubo petaladas, ni apretones a la salida de San Juan. Estuvo allí, como siempre, c umplió un año más , pero la campana no recibió los golpes de su martillo para guiar el trono. Todos en San Juan sabían que el resto de cofradías estaban comunicando suspensiones. Algunos hombres de trono no vestían ni la túnica a la hora de salir (15.25 horas). No había posibilidad. El hermano mayor de Fusionadas, Juan Manuel Álvarez, señaló que era la primera vez desde que la Virgen va bajo palio que no sale a la calle. Dijo que no se hacía la estación de penitencia este año, pero recordó a los hermanos que la Virgen no es flor de un día. «Nos espera en su capilla» , les dijo emocionado. Un Padre Nuestro doloroso y un Ave María que como un murmuro entre la pena, antes de todos se abrazarán para encarar la Virgen. Esta vez el himno de Lágrimas y Favores no fue una explosión de alegría con todos los hombres de trono mirando a la Virgen de la cara y esperando a la apertura de puertas. Faltó la algarabía de los niños. Las risas de los nazarenos o la alegría con la que cada año se quema el incienso. No estaba la espesa nube de humo que sale al abrir las puertas de San Juan. Cada verso era un grito de rabia, de desesperación entre lágrimas. El mecido de los cofrades abrazos no era un mar bravo que va a salir a comerse la calle, sino un manso oleaje de resignación . Un «te quiero» en el momento más amargo de un hermano, cuando después un año esperando el cielo soberano dice que no se sale. Y con los brazos en alto retumbó: «Málaga te quiere, queda suspirando por mirar tus ojos, que son las perlas de mi pasión». Calló la banda y brotaron las lágrimas entre los cientos de hermanos. Hasta los más aguerridos del trono con la iglesia de San Juan tatuada en el antebrazo y la cruz fusionada en el dedo índice se abrazaba a sus hijas llorando. No había oración de consuelo. Llantos en San Juan Los hermanos lloraron por no poder salir ante la amenaza de lluvia de barro tras cantar el himno de Lágrimas y Favores con Sara Baras como testigo. Francis Silva Sara Baras se quedaba delante de la banda, como esperando a que los hombres de trono cambiaran el destino de la tarde. Antonio Banderas abraza a su hermano y a Nicol Kimpel , su pareja, confesaba que era un día triste por no poder entregar a la Virgen a Málaga, pero las previsiones eran malas. Había aviso de tormentas de la Agencia Estatal de Meteorología a partir de las 17.00 horas. Y una cofradía valiente, que desafía a la lluvia si la previsión es baja, decidió que quedarse por conservar el patrimonio . Desde la albacería explicaron a ABC que una de las mayores complicaciones era el trono, que es de una orfebrería en varias capas. Cinceladas y luego a atornilladas. Ahí el barro se puede quedar por no poder limpiarlo y crear óxidos, que luego son irrecuperables. Además, el manto ha sido restaurado este año. Limpio de ceras y años. Brillaba hasta sin salir al sol. Y la 'Virgencita', la que los lleva cada año a sus pies, a la que hay que proteger para garantizar su salvaguarda. Por todo eso, la cofradía decidió no salir. Los hombres de trono la levantaron. La mecieron con cariño. Dándole mimo extremo dentro de iglesia en la rompían los llantos. Y ahí quedo todo con otro año de espera por delante y las puertas abiertas para todo que el que quisiera acercarse a verla.