En el país de los ciegos
Contratapa
Muy atractivo no parecía aquel número vivo que anunciaba a un hombre capaz de enhebrar una aguja, peinar una peluca y afeitarse con destreza todos los martes, jueves y sábados delante del público. Pero el pequeño detalle que había convocado a tanta gente en aquella esquina de Londres era que el artista en cuestión decía ser "un...