Por si nos tocara emigrar
Regentar una pequeña tienda de mapas en Stirling, cerca de aquel cementerio de cuento de hadas donde dicen conocer a William Wallace . O quizá pasear una mañana –como pudiera ser esta misma– por un puente de Breda, con una bolsa de papel marrón llena de vegetales que acabaría de comprar en la pequeña tienda de la Sra. Goederieck para dar de comer a los míos. Ser profesor de niños en el conservatorio municipal de Kendal, Cumbria, o joyero con taller propio en Tívoli creando 'souvenirs' de recuerdo... Читать дальше...